Balonmano - División de Honor Plata Masculina

O Calvario viaja y el calvario se sufre

El Valinox desperdicia el apoyo de su hinchada en Vallobín y 45 minutos de buen juego

Una acción del partido en Vallobín.

Una acción del partido en Vallobín.

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Unión Financiera 31

Wermbter; Blanco, Carlos Pérez (2), Sanz (4), Hechavarría, Jaime González, Rubén Menéndez (4), Camacho (6), Diego Fernández,_Carou (4), Gamallo, Franceschetti (2), Rozada, Barrios (5), Ortega (4), Jayro Pérez.

Valinox NOvás  26

Gil; Ostolaza, Dorado (2), Santomé (1), Flores, Iglesias (4), Diego Pérez, Dacosta (1), Hermida (1), Leiras (1), Aladino, Andrés Sánchez (3), Martínez (7), Trifkovic (2), Castro (2), Teixidor ((2).

Parciales: 3-2, 4-4, 5-6, 7-8, 9-10, 11-13 (descanso), 14-15, 15-17, 19-21, 24-24, 27-25, 31-26. Árbitros: Gabriel López y Pedro Cubas. Excluyeron a los locales Franceschetti (2) y Barrios y a los visitantes Santomé, Flores, Iglesias, Hermida, Trifkovic y Teixidor (2). Incidencias: Pabellón de Vallobín. Lleno.

Viajó el Calvario, en todos los sentidos. El que eleva al Valinox Novás, cientos de aficionados que convirtieron Vallobín en medio pabellón rosaleiro, y el que lo tortura, que es la inconsistencia de su juego. No acaba el equipo de enderezar su rumbo. Ocupa, de momento, posición de play off de permanencia. Ayer pudieron más sus últimos 15 minutos, temblorosos, que los 45 enfáticos que los habían precedido. Los Gil y Martínez quisieron rebelarse contra los Wermbter y Franceschetti. El apellido común pagó con la tristeza. Los asturianos cogieron la flor, esa rosa que parecía haber florecido.

En el minuto 39, en pleno ataque del Valinox, Germán Hermida levantó el brazo y conminó a los árbitros a atender a un jugador local que se hallaba debruzado sobre el suelo en el área contraria. Fue el único momento en que se frenó el ritmo. El Valinox aceptó la propuesta eléctrica del Unión Financiera. Los ovetenses atacaban siempre en transición, de rápida oleada, y defendían con ansia infinita. Los miñotos masticaban algo más las jugadas y clausuraban espacios. Wermbter y Gil protagonizaban un asombroso duelo de paradas.

El juego, con tales coordenadas, resultó necesariamente de marejada. El Valinox cobró ventaja desde el 4-5, amparado en el brazo diestro de Manu Martínez. Teixidor desperdició un contragolpe para el 5-9 y el Unión Financiera se lo hizo pagar, remontando hasta el 9-8. Los de Ricardo Margareto jugaban a la ruleta rusa. Los de César Armán encontraron mayor estabilidad y hasta se gustaron –Trifkovic anotó un fly–.

Al descanso se llegó con 11-13 por un gol local de golpe franco, a tiempo cumplido, de rectificado. Una inyección moral que pareció diluirse en la reanudación. Manu seguí percutiendo, otros compañeros se animaban. Margareto tenía que solicitar tiempo muerto con 15-19. No ha trascendido lo que dijo en el corrillo, esa fórmula mágica.

Lo cierto es que el partido cambió. No inmediatamente, de forma brusca, pero sí con la cancha inclinándose lentamente a favor de los anfitriones. Los rosaleiros se quedaron definitivamente petrificados en un 22-24 que acabó convertido en 27-24. Ya no tuvieron capacidad de reacción. El Unión Financiera, además, embarró lo que hasta entonces había parecido una pista de patinaje por la velocidad de las acciones. La pareja arbitral premió sus exageraciones dramáticas ametrallando expulsiones al Valinox; algunas justas por la ansiedad que supone verse en una situación clasificatoria desconocida desde hace un lustro.