Mundial de atletismo

Kerr prolonga la maldición de Ingebrigtsen en 1.500 y Mario acaba sexto

Ingebrigtsen volvió a morder el polvo ante un británico; si en Eugene le ganó Wightman, esta vez ha sido Josh Kerr

Mario García Romo cedió demasiados metros en una final de 1.500 rapidísima y remontó hasta la sexta posición

Josh Kerr dio la campanada en la final de 1.500

Josh Kerr dio la campanada en la final de 1.500 / EFE

David Rubio

Sorpresa monumental en la final de 1.500 en los Mundiales de Budapest con la derrota del noruego Jakob Ingebrigtsen a manos del británico Josh Kerr en una repetición de lo sucedido el año pasado ante otro representante de la misma isla como Jake Wightman. Por su parte, el español Mario García Romo pagó el ir quizá demasiado atrás en una carrera por debajo de 3:30 para terminar escalando a una meritoria sexta plaza, dos puestos por debajo de su posición en 2022.

El reto era de aúpa, pero el salmantino ya demostró el año pasado con su cuarta plaza en Eugene que no teme a ningún rival ni le asustan las grandes competiciones desde su gran victoria el año pasado en el Campeonato de España cuando no era el favorito.

Y eso que la nómina de rivales era para echarse a temblar, con un Jakob Ingebrigtsen en busca de su primer título universal ya fuese al aire libre o en pista cubierta tras caer el año pasado ante Jake Wightman en Eugene y frente a Tefera en Belgrado bajo techo. También estaba su compañero de entrenamientos en Colorado, el estadounidense Yared Nuguse. Y el keniano Abel Kipsang o los británicos Josh Kerr y Neil Gourley.

En el horizonte, las seis medallas logradas por España en la historia de los Mundiales en la prueba fetiche por excelencia entre las de pista. José Luis González abrió la veda en Roma'87 con una plata histórica tras el somalí Abdi Bile, Fermín Cacho logró dos platas (1993 por detrás del argelino Noureddine Morcelli y en 1997 superado por el genio marroquí Hicham El Guerrouj), Reyes Estévez dos bronces (1997 y 1999) y Mohamed Katir el bronce del año pasado en Oregón.

Mario García Romo había asegurado que preferiría una carrera rápida y la presencia de Ingebrigtsen aseguraba un ritmo casi infernal en su deseo de castigar a sus rivales para evitar sustos como el citado de Eugene. En fin, que con un National Athletics Centre casi lleno y con un calor mucho menos asfixiante que al mediodía la suerte estaba echada. Tres minutos y medio por delante para el sueño del de Villar de Gallimazo, un pueblo de apenas 200 habitantes.

La final respondió a las expectativas, con Kipsang tirando con fuerza en el primer 400 (56.03) hasta que le tomó el relevo el menor de los Ingebrigtsen para pasar primero por los 800 (1:54.19) y en el último toque de campana (2:35.89).

Por detrás, a Mario García Romo le costaba y cedía demasiados metros que luego le costaría demasiado recuperar. De todas formas estaba en carrera mientras por delante empezaba a flotar en el ambiente el recuerdo de Eugene. Tan valiente como inteligente, Kerr pareció haber estudiado a la perfección la victoria de su compatriota Wightman y repitió su actuación paso por paso.

Ingebrigtsen sigue gafado en 1.500 en los Mundiales

Ingebrigtsen sigue gafado en 1.500 en los Mundiales / EFE

En la última curva el salmantino era noveno mientras el noruego empezaba a ver la sombra de una posible derrota. Otra vez en un Mundial por tercera vez. Y así fue. Imperial, Josh Kerr se impuso con 3:39.28, seguido de Ingebrigtsen (3:29.65) y de su compatriota que no amigo Narve Gilje Nordas (3:29.68), mientras que el salmantino terminaba sexto con 3:30.26 e igualaba a Fátima Diamé en longitud para lograr la mejor posición española hasta la fecha en el estadio.

¿Y ahora qué? Pues que Jakob Ingebrigtsen regresará este jueves al tartán para disputar las series de 5.000 metros con los españoles Mohamed Katyir y Oumaiz como compañeros. A veces gusta ver perder al escandinavo por lo arrogante que es. Y en el atletismo no valen esos comportamientos.