Entrevista | Gustavo Falque Presidente del Coruxo

“Vigo tiene capacidad para otro equipo entre Segunda División y Primera RFEF”

El dirigente del club vigués asegura que el nuevo estadio “será el motor de la transformación que va a vivir O Vao”

Gustavo Falque, en el campo de O Vao.

Gustavo Falque, en el campo de O Vao. / Alba Villar

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Gustavo Falque, aquel día de junio de 2010 en La Roda, llegó a su habitación del hotel a las dos de la noche. El Coruxo acababa de conquistar su primer ascenso a Segunda B. Falque se sentó en la cama, exhausto por la tensión recién liberada. Aún con el zumbido de la fiesta en los oídos, se recuerda pensar: “¿Y ahora, cómo hago?”. Trece años después, en Segunda RFEF, sigue buscando respuestas a esa misma pregunta. Pero con una conclusión clara: el futuro del club pasa por la construcción del nuevo campo de O Vao. Es su único horizonte.

–Ha sido una temporada doblemente complicada: dentro del campo, por la permanencia sufrida, y fuera, con las primeras elecciones a las que se ha enfrentado.

–Al coincidir las elecciones en temporada, enturbiaron un poco la marcha del equipo. Todo influyó negativamente. Hay más cosas. Los equipos pasan situaciones delicadas y tuvimos jugadores importantes lesionados mucho tiempo. Así vinieron los apuros.

–El tándem Maté-Otero salva al equipo. Maté siempre dijo que él regresaría a su jubilación. ¿Por qué no apuesta por Otero?

–A Javi y Otero les dije desde el principio que era solo y exclusivamente para un cambio en la plantilla al estar en una situación difícil. Otero había visto al equipo durante todo el año y Javi había trabajado con ellos. Consideramos que lo mejor era recurrir a gente de casa, que ya conociese la problemática. Lo hicieron bien. Ha costado, pero el equipo se salvó.

–Y usted elige a David de Dios.

–Cuando quieres realizar una renovación generacional y de perfiles, lo cambias todo. De Dios nos gustaba mucho desde hace tiempo. Ya estuvo en nuestra agenda hace dos años. El proyecto se transforma con todos estos cambios.

–La reestructuración de la plantilla afecta a jugadores importantes como Aitor Aspas o Antón de Vicente. Antón ha lamentado las formas, la falta de comunicación.

–La relación con Antón ha sido siempre cordial. Su caso estaba claro por nuestra parte. Hemos decidido cambiar de perfiles de jugador. Tenemos 22 licencias. En ese abanico, con 11 posiciones diferentes, intentas encontrar los mejores jugadores posibles. Nosotros afrontamos un proceso de cambio: de estructura, de entrenador, de filosofía, de jugadores… Antón no entraba en ese perfil. Es una apuesta. Creemos que estamos en el buen camino pero nunca se sabe. El tiempo lo dirá. En algún momento tienes que hacer estos cambios. A veces los clubes no quieren quedarse con jugadores y a veces los jugadores no quieren quedarse en los clubes. Tienes que tomar decisiones. Antón tiene las puertas del club abiertas para lo que quiera. El día de mañana podría tener cabida en una función diferente.

Gustavo Falque camina por el césped de O Vao.

Gustavo Falque camina por el césped de O Vao. / ALBA VILLAR

–¿Qué opina de la nueva confección del grupo I?

–Es el grupo que queríamos. Estaba difícil. Debo reconocer que la Federación Gallega, a través de su presidente, ha hecho muy buen trabajo. Sé que ha habido presiones de Andalucía y Levante para componer los grupos de forma diferente. A los gallegos era el grupo que más nos interesaba.

–¿A qué aspirará el Coruxo?

–Este es un año de cambio para nosotros, con muchos jugadores nuevos y jóvenes. Iremos partido a partido y ya veremos dónde estamos. El club aspira a todo. Tras once años seguidos en Segunda B y tres en esta categoría, podemos presumir de un cierto peso.

–La pandemia paralizó la Liga cuando el Coruxo peleaba por subir a Segunda. Y a usted no le gustó la remodelación posterior de las categorías y el modelo sigue en cuestión.

–Hemos sido de los más perjudicados por este cambio. Se hizo mal y precipitadamente, en contra de muchos clubes. No se nos ha escuchado. Como consecuencia, ahí está la deriva. La Primera RFEF tiene muchísimos problemas. No creo que el futuro pase por la continuidad de este modelo. Se quería una tercera categoría del fútbol español fuerte y no lo es.

–¿El Coruxo necesitará convertirse en SAD a corto o medio plazo?

–Me gusta mucho la fórmula de club independiente, formado por sus socios. Es lo que más me motiva. Es cierto que la sociedad está cambiando. Cada día necesitas más inversiones para mantener un club. Es un tema que está ahí, lo valoramos, pero de momento no lo contemplamos. En lo que pensamos ahora, de cara al futuro, es en la relación con el Concello de Vigo, en sus propuestas sobre la transformación de O Vao. Queremos ir paso a paso. La ciudad de Vigo tiene capacidad para que otro club esté a caballo entre Primera RFEF y Segunda División. El Coruxo puede ser ese club. En esto trabajamos.

–¿El proyecto de nuevo campo de O Vao, con 5.000 asientos, no era entonces propaganda electoral?

–Eso me han preguntado muchos socios y simpatizantes del Coruxo. Debo decir rotundamente que no. Hemos estado trabajando en este proyecto desde hace un año, con reuniones para ver qué tipo de estadio se puede hacer en O Vao. Hemos llegado a un acuerdo: hay que hacer algo diferente, que vaya con el entorno pero que cambie la zona. Será el epicentro de una renovación que se necesita. La playa de O Vao es la de mayor capacidad de Vigo. Es un entorno turístico importante y Vigo está cada vez más enfocado hacia ese sector. El nuevo campo será el motor de esa transformación.

–¿El proyecto depende de la elección de Vigo como una de las sedes del Mundial de 2030?

–El Mundial cambia todas las perspectivas. Si Vigo es sede, ya está obligado a tener esa instalación (para el entrenamiento de las selecciones). Se aceleraría un poco más. Pero no hay dudas sobre la viabilidad del proyecto. El compromiso desde la Alcaldía es muy importante. Hemos presentado el primer anteproyecto y seguiremos trabajando sobre los demás detalles.

–¿Maneja fechas como mejor y peor hipótesis?

–Espero que las obras se inicien en 2025. Será difícil que el estadio esté terminado antes de 2028, con todo lo que conlleva y que hay que hacer por etapas, ya que el equipo seguirá jugando en O Vao.

–En un mercado futbolístico tan volátil y complejo, con nuevos proyectos de grupos de inversión, ¿usted ha tenido ofertas para convertir el Coruxo en otro Inter de Barcelona?

–Cuando el club subió a Segunda B, nos costaba incluso conseguir hotel. Nadie nos conocía. A partir de 2014 o 2015 ha habido peticiones de reuniones por parte de grupos. Hemos escuchado a mucha gente. Nos han pasado ofertas de diferente cuantía para transformar el Coruxo en una SAD. Siempre hemos antepuesto el club de socios. Y es como concebimos el futuro. No podemos negar la realidad y a lo mejor, en un futuro más lejano, será otra cosa. Pero mientras nosotros podamos y la masa social quiera, el club seguirá siendo de sus socios.

–¿Iago Falque tendrá un papel en el Coruxo cuando se retire como futbolista?

–A Iago lo conozco mucho y desde hace mucho tiempo. Está llegando al final de su carrera y hemos tenido conversaciones de cara al futuro. Él quiere seguir enganchado al mundo del fútbol. Aquí no nos sobran las personas que quieran trabajar por el crecimiento del Coruxo. Se lo he propuesto. Le he dicho que aquí tendrá un sitio para trabajar y aprender. Hay muchas maneras de colaborar. Una persona que conoce tantos ambientes del fútbol, que nos puede abrir tantas puertas, no nos vendría mal. Hemos hablado de esto. A él le queda de contrato hasta diciembre. Cuando llegue el momento, nos sentaremos.

El Celta también afronta un relevo directivo. ¿Qué evolución en su relación espera?

–Ahora mismo las relaciones que tenemos con el Real Club Celta son muy buenas. Nuestras categorías inferiores están en las mejores competiciones. Con el Celta hemos llegado a acuerdos en metodología, trabajo, asistencia… Esa colaboración nos viene ideal. El año pasado vinieron cuatro o cinco jugadores del Celta al Coruxo. Este año vendrá otra media docena. El intercambio de información funciona día a día. Después, en el campo, competiremos pero la relación institucional funciona.

–Acaba de ganar las elecciones. ¿Qué horizonte personal se dibuja?

–El club tiene 93 años de historia. Han pasado muchas directivas y personas que lo han hecho posible. Todos han contribuido. Nosotros estamos realizando en estos momentos esta transformación y mi idea es terminarla con la construcción del campo y todo lo que pueda mejorar. Me encuentro con ganas, aunque esto es muy difícil. No te llega con trabajar 22 horas al día. Tienes que afrontar muchas circunstancias. El dinero es importante y a veces no lo hay. Tienes que avalar, poner tu capital. Incumbe a las familias de los directivos. La decisión la tomará más mi familia que yo mismo. Me están apoyando. Mi hermano Manolo es un pilar fundamental. Estamos unidos, estamos fuertes y sabemos lo que queremos. Los socios nos han secundado por aplastante mayoría.

–Quedan siete años para el centenario…

–Mi cabeza solo está en llegar al día en que se corte la cinta del nuevo estadio. Culminaría una etapa y una idea que he tenido desde el inicio. Hoy está más cerca y quiero terminarla. A partir de ahí, ya se verá. Será el punto de inflexión.