Champions League

"El City volverá a la cueva cuando se vayan los petrodólares y Guardiola"

Manchester es un ciudad bohemia y ecléctica que vive polarizada por el fútbol entre rojos y celestes

Imagen exterior del estadio Etihad, del Manchester City.

Imagen exterior del estadio Etihad, del Manchester City. / FERMÍN DE LA CALLE

Fermín de la Calle

Toponímicamente Manchester viene del romano Mamucium, que venía a ser una fortaleza o asentamiento romano. Aunque hay quién sostiene que su origen es británico y procede de 'Mamma', en referencia a la diosa del río Medlock, que serpentea por la ciudad y la protege como si de una madre se tratase. Durante el boom industrial se la conoció como ‘Cottonopolis’, por ser la metrópolis del algodón. Aquí se erigieron empresas como Rolls Royce o Kellogs, la gigante de los cereales.

Manchester, industrial y bohemia

Manchester no puede esconder su pasado industrial. Los ladrillos rojos tiñen a la ciudad de un color que el United ha hecho suyo. Cuando paseas por ella no puedes evitar sentirte en una ciudad destartalada llena de contrastes. Una lugar ecléctico en la que conviven construcciones victorianas de piedra poderosa con sugerentes edificios modernos tejidos en cristal y acero. Una extraña mezcla de bohemia y modernismo que resulta tan atractiva como caótica.

Pese a ser una ciudad estudiantil no es fácil encontrar la cocina de un restaurante abierta más allá de las 20 horas e imposible beberte una cerveza helada. Algo que no es coartada para perderte en uno de esos pubs deliciosos pubs de perdedores que salpimentan cualquier calle del centro. De entre todos hay algunos más significados, como 'The Old Nags Head' (19 Jackson Row), un peculiar lugar con dos pisos y azotea cuya florida fachada llama la atención. Dentro uno puede encontrar decenas de recuerdos de George Best, excelso bebedor y leyenda de los Northern Irish Reds del United. Un garito con encanto, como esta ciudad a la que a medida que pasan las horas uno le va cogiendo el aire. Reza en sus paredes una cita que define a la ciudad: “Esto es Manchester, aquí hacemos las cosas de forma diferente”.

Imagen del mural de 'The Old Nags Head'.

Imagen del mural de 'The Old Nags Head'. / FERMÍN DE LA CALLE

Manchester también es un epicentro musical que bailó durante años al ritmo de Morrisey, los Stones Roses, los Happy Mondays o los Gallagher. Y mucha de esa música se escucha aún en el Northern Quarter. Barrio alternativo atestado de tiendas, restaurantes y clubes de música que alternan con algunos de los atractivos museos de arte contemporáneo que se pueden visitar. Siempre es bueno dejarse caer por el ‘Mr. Thomas Chop House’ (52 Cross Street) y comerse un reponedor Corned Beef Hash, una suerte de plato de carne tipo ropa vieja con huevo poché y bacon y rematarlo con su clásico ‘Sticky Toffee Puding’ de postre.

Bienvenidos a 'Sportcity'

Al Etihad se llega en tranvía bajando en la estación de Velopark. Situado en un barrio fantasma que se ha ido tratando de erigir entorno a gigantescas edificaciones deportivas, a la zona se la llama comúnmente 'Sportcity' porque alberga instalaciones como el propio estadio Etihad, el Regional Athletics Arena, el Velódromo de Manchester o el National Squash Centre. Para Thomas, aficionado del United, “es un barrio artificial que han regalado a la ciudad los de Abu Dhabi para ganarse a la gente del Manchester City”. A escasos 200 metros del Etihad está el Etihad Campus, la Ciudad Deportiva del club, en la que vive Pep Guardiola escrutando cada detalle de los suyos y los rivales.

El Etihad, como la ciudad, ofrece esa sensación inexplicable de edificio sacado de sitio y contexto. Un estadio en medio de la nada que resulta ser una joya arquitectónica a caballo entre Calatrava y Norman Foster. Los seguidores 'citizen' se amontonan en las mesas del ‘Mary D’s Beamish Bar’ (13 Grey Mare Street) a escasos metros de ‘The Blue Camp’ como llaman los del United al estadio del City. “Manchester lleva años teñido de azul y los del United saben que va a seguir siendo así”, afirma categóricamente Ryan, mientras engulle una pinta con impaciencia antes del partido con el Madrid.

En las calles conviven con naturalidad los dos colores, el rojo del United y el celeste del City. Pero no existe esa sensación de que ciudad polarizada futbolísticamente como ocurre en otras como la argentina Rosario, la escocesa Glasgow o como en Sevilla. Los del United denostan a sus rivales: “Es algo artificial. El City era lo que era hasta que llegaron los jeques y volverá a la cueva cuando se vayan los petrodólares y Guardiola”.

'Superbia in proelio'

En su estadio, el más ancho de Inglaterra para deleite de Pep, las paredes de la sala de prensa están forradas de periódicos contando las hazañas blues. Las más recientes, en las que aquel gol de Agüero que les dio la Premier, se repite una y otra vez por todos lados. En su escudo reza la leyenda ‘Superbia in proelio’ (orgullo en la batalla). Y eso es lo que espera a los blue sky esta noche ante el Real Madrid: la madre de todas las batallas en el sureste de este Manchester ecléctico y a ratos fascinante.