Balonmano

Sigue, sigue, Guardés

El Mecalia volvió a casa con escaso tiempo antes de viajar a Canarias | La afición, orgullosa | “Garantizo un equipo competitivo el año que viene”, afirma el presidente

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Llegan a la explanada de A Sangriña pasadas las nueve de la noche, incluso más desoladas que exhaustas. Han paseado esa tristeza por los cielos continentales y las salas de espera. Lunes de luto tras un domingo aciago. El sueño europeo del Mecalia se hizo añicos en Antalya. El pabellón guardés, repleto 24 horas antes por la retransmisión televisiva, las aguarda en el ocaso. Ni mudo ni vacío. Allí están sus fieles para acompañarlas, igual en el dolor que en la gloria.

Es apenas un breve receso en la batalla. El Mecalia disputa mañana en Canarias la vuelta de los cuartos ligueros. Ya se ambicionan nuevos retos. El presidente, Jesús López, promete sobre el futuro: “Intentaremos llegar a otra final”. Su resiliencia se calibra en el mensaje que decora su perfil de WhatsApp: “Sigo mi camino, sigo y sigo”. Sigue y sigue el Mecalia.

Todavía es tiempo de sangrar, rememorando lo sucedido en el Antalya Sport Hall. Al Mecalia le animaba la renta de la ida (23-17) en la final de la Copa Europea. Apenas la protegió unos minutos. Las turcas disfrutaron incluso de un final holgado (33-20). “Nos pesó la responsabilidad. Por circunstancias, el equipo no estuvo a la altura. Ellas fueron mejores”, admite López, que enumera los pecados: “No salieron las cosas. Cometimos muchas pérdidas, fallos en el lanzamiento, la portería no aportó lo que otras veces... Las jugadoras se desanimaron. Íbamos muy ilusionados, pero las finales hay que jugarlas y ganarlas. Nos vale de experiencia”.

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El dirigente critica a las macedonias Marija Ilieva y Silvana Karbeska. “No vale de excusa”, matiza, pero etiqueta su arbitraje como “muy europeo. En un área pitaban de una forma y en la otra, de otra. Nos sacaron un poco del partido al principio. El equipo turco hizo su trabajo. Metió mucha gente, muy encima y con un ambiente muy ruidoso”.

El Antalya Konyaalti jugó también sus bazas fuera de la cancha. El autobús que debía recoger al Mecalia en el hotel llegó tarde. La llave del vestuario tardó en aparecer. El hincha del megáfono atormentaba al corrillo guardés durante los tiempos muertos. “Los equipos juegan a meter presión. Nuestras jugadoras son deportistas de élite. Tiene que acostumbrarse a estos ambientes hostiles y olvidarse del resto. Ellas salieron a morder como nosotros en A Sangriña”, conviene López.

Aunque hay gestos que ensucian el protocolo. El entrenador local, Birol Unsal, pidió tiempo muerto a un minuto de la conclusión, con todo resuelto. Solo tres jugadoras locales saludaron a las visitantes, que aguardaban en la cancha para felicitarlas conteniendo sus sollozos. “El equipo turco no ha sido muy elegante con nosotros”, establece el presidente del Atlético Guardés. “No se han portado bien. Nosotros fuimos más hospitalarios en A Guarda”.

Ni la justicia del resultado ni los reproches empañan el orgullo que la entidad siente. López se describe “con la cabeza muy alta. Las chicas lo dieron todo. Como presidente, me siento muy orgulloso”. Recuerda la traumática destitución de Abel González a comienzos de febrero, la primera en las once temporadas del club en División de Honor. El equipo ocupaba plaza de play-down de permanencia. Con Ana Seabra, hasta entonces ayudante, elevada a entrenadora principal, “hemos jugado la final de la Copa Europea y la semifinal de la Copa de la Reina, y estamos en cuartos ligueros”, condensa López, que resume: “Hemos competido en todos los torneos”.

Hubo bengalas en el recibimiento.   | // JOSÉ LORES

Hubo bengalas en el recibimiento. | // JOSÉ LORES / Armando ÁLvarez

Falta por dilucidarse, de hecho, el destino en la Liga Guerreras Ibedrola. En la ida de cuartos, en A Guarda, se firmó un empate con el Rocasa (28-28). Toca resolución en el Insular Antonio Moreno. Los elementos se conjuran contra el Mecalia. Al desgaste y el pesar se le une el ajetreo. La plantilla viajó ayer en avión de Antalya a Oporto, con escala de tres horas en Zúrich. Mañana saldrá temprano hacia Gran Canaria para jugar a las 20.00. “El equipo está muy cansado. Sabíamos que habría que jugar miércoles y fines de semana si llegábamos lejos. Las jugadoras tienen que recuperarse y disfrutar. Se trata de ganar de uno. Será un viaje complicado, pero tenemos un gran equipo”.

Un gran equipo que incluye a sus aficionados; a los que llenaron A Sangriña y al puñado que se desplazó hasta Antalya. “Nuestra afición es la mejor que se puede tener. Es impresionante lo que hacen. Las jugadoras sabían que estaban ahí y están fastidiadas por no poder ofrecerles la copa”, lamenta López.

Y aunque “enfocado en el presente”, el presidente hilvana el futuro. A Seabra la reemplazará Cristina Cabeza. Cecilia Cacheda y María Palomo se incorporarán a una plantilla que pierde a Marisol Carratú, Patricia Lima, Giselle Menéndez, Celia López, Daniela Moreno, Nazaret Calzado y Fani Descalzo. “Las cosas tienen que estar firmadas”, advierte. “A las jugadoras que se queden les intentaremos dar el máximo posible. A las que se vayan les agradeceremos su trabajo y dedicación. Estamos compitiendo con trasatlánticos. Hay que valorar lo que está consiguiendo este pueblo. Si tuviésemos más recursos... Los gastos que hemos tenido ahora no están totalmente incorporados al presupuesto. Pero que la gente esté tranquila. Lo que sí garantizo es que el Mecalia Guardés tendá un equipo competitivo el año que viene. Intentaremos luchar otra vez por todos los títulos”.