La internacional gallega Raquel Carrera sufre una fisura en el menisco externo de su pierna izquierda y en las próximas horas se espera que el Valencia tome una decisión. Existe la posibilidad de que pase por el quirófano o que se opte por un tratamiento más conservador. Lo que parece evidente es que le espera un tiempo prolongado de baja.

La jugadora ourensana, formada en el Celta y una de las grandes realidades del baloncesto español, sufrió un golpe en una acción fortuita el pasado domingo en la Fonteta por el cual tuvo que retirarse del partido ante el Casademont Zaragoza a mitad del segundo cuarto, con evidentes gestos de dolor y ayudada por el médico del primer equipo y por Cristina Ouviña. La lesión le ha llegado en un momento especialmente cargado del calendario ya que a la jugadora se le habían acumulado en los últimos días los compromisos con su club y con la selección española de baloncesto, en la que está predestinada para ser una de las grandes referencias en un tiempo de evidente renovación.

Las muletas con las que se le vio en el banquillo invitaban a pensar en una lesión complicada, como así ha quedado de manifiesto. Y es que aunque en algunas lesiones similares no ha hecho falta pasar por el quirófano y han ayudado las infiltraciones, es más común someterse a una intervención quirúrgica, con un período de recuperación más o menos largo en función del estado de la rodilla y de la cirugía que se practique.

En caso de tener que ser intervenida, en el mejor de los casos en cuanto a tiempo, podría estar cerca de dos meses de baja, mientras que en el peor escenario podría estar de baja entre tres y cuatro meses, en una recuperación más lenta pero que en ocasiones es mejor para la jugadora pensando a medio y largo plazo.

Una recuperación médica a la que habría que añadir el tiempo necesario para poder estar disponible para competir, ya que una lesión en el menisco externo es más delicada que en el interno y el nivel de carga en un deporte como el baloncesto, con continuos saltos, tendría que ser muy progresivo para evitar riesgos en la recuperación.