Al duro encadenado de partidos que está acumulando el Mecalia Atlético Guardés en los últimos días todavía le quedan dos paradas más. Además de la del domingo en A Sangriña, en un choque de vuelta de la Q3 de la Liga Europea contra el Besançon, que cierra el 2021, el conjunto que dirige José Ignacio Prades tiene esta tarde un examen de la máxima dificultad en la Liga Guerreras Iberdrola. Visita la isla de Gran Canaria para medirse al Rocasa, tercer clasificado de la competición y, junto con Bera Bera, anterior rival de las guardesas, el gran favorito a llevarse el título.

La batalla en Besançon fue muy dura y el resultado (34-23) más todavía. Las secuelas están presentes, más aún si se le añade otra derrota contra el Bera Bera tres días antes y un primer viaje a Canarias (a Lanzarote para ganarle al Zonzamas) el fin de semana anterior. El trote de las jugadoras del Guardés es importante, acuciado más si cabe por la corta rotación que tiene Prades a su disposición por las lesiones de Hannah Nunes y Tamires Anselmo.

El Rocasa Gran Canaria lleva años siendo la alternativa a Bera Bera, con multitud de jugadoras internacionales, entre ellas la incombustible Silvia Navarro. Una plantilla larga, completa y compensada, con jugadoras de calidad contrastada en todas las posiciones. Actualmente marcha segundo, aunque viene de ceder un punto en la pista de Zuazo (32-32) que le ha descabalgado de la segunda posición y de pinchar en su encuentro de ida de la tercera ronda de la EHF European Cup del fin de semana (37-38 conta el Skara HF sueco).

Prades se lleva a las 13 jugadoras disponibles de la primera plantilla. En base a estos factores, a su capacidad defensiva y a su balonmano coral en ataque, buscarán volver a la senda de la victoria antes de cerrar el año en casa frente al Besançon. Luego vendrá el Mundial y el parón hasta enero. El técnico petrerí insiste en que el equipo viaja “con la necesidad imperiosa de puntuar para seguir ahí arriba”.