Fracasa ‘Pecco’ Bagnaia, que rodó por los suelos cuando era líder del Gran Premio de la Emilia Romagna. Fracasa Ducati, la fábrica de Borgo Panigale (Italia), que posee la mejor moto de la parrilla de MotoGP y sigue sin conquistar el título. Triunfa Marc Márquez (Honda), que ayer ganó su tercer gran premio (Alemania, EEUU y Emilia Romagna) el año de su regreso tras una grave lesión, que le apartó diez meses de los circuitos. Y apoteosis total del francés Fabio Quartararo (Yamaha), que, tras la caída de Bagnaia, se proclamó automáticamente nuevo y flamante campeón del mundo, su primer título, a los 22 años, tras 116 carreras y siete temporadas en el Mundial, dos carreras antes del final de la campaña, pues aún faltan los grandes premios de el Algarbe (Portimao) y Valencia.

Quartararo, al que todos llaman el ‘Diablo’, le ha dado a Francia uno de los poquísimos títulos que le faltaban a uno de los países más deportivos del mundo. Los franceses habían sido campeones de las pequeñas categorías y, por supuesto de F-1 y rallys, pero jamás de 500cc y MotoGP. Quartararo, un muchacho demasiado divertido y poco disciplinado en sus primeros años en el Mundial, ha demostrado dar, en los últimos años, dar un cambio brutal hasta el extremo de que ha sido el único que ha sido capaz de puntuar en todas las carreras del campeonato en todas las categorías.

La segunda carrera en San Marino, que también ha sido la de la despedida de Valentino Rossi (Yamaha), estaba siendo dominada, muy comodamente, por Bagnaia y Márquez (Honda), que ha estado siempre, muy pegadito a ‘Pecco’, tanto que incluso logró ponerlo nervioso y provocar su caída a cuatro vueltas del final. MM93 se adueñó de la situación y, por vez primera desde 2017, el ‘team’ Repsol Honda ha logrado, con Pol Espargaró en segunda posición, un doblete en el podio del Mundial.

Márquez cruzó la meta de pie sobre su moto y señalando el húmero de su brazo derecho, el operado tres veces y el que le ha mantenido apartado de la pista casi un año entero. Era la demostración de que cada vez se siente mejor aunque él continúa pregonando que su pleno rendimiento aún tardará en llegar.

Márquez reconoció: “Ha sido la carrera más importante del año. Ganar en un trazado a derechas, que son los circuitos que más me cuestan, me hace muy feliz y me dará mucha confianza para las dos últimas carreras y la próxima campaña. ‘Pecco’ iba estratosférico y no sé como pude mantenerme ahí con él. Yo le presionaba, pero ‘Pecco’ ha estado excepcional y, justo cuando yo había ya casi renunciado a pasarlo, se cayó incomprensiblemente. Hoy es el día de Fabio (Quartarari), que ha hecho un año único y que se merece, por mucho, este título.Ojalá el año que viene podamos pelearle, de nuevo, el título”. Márquez ya es, con sus tres triunfos, el segundo piloto con más triunfos tras Quartararo.

“Sigo sin creérmelo, me siento increiblemente feliz, está aquí toda mi familia. Al margen de ser mi sueño, lo ha sido de todos los que me han ayudado a lo largo de toda mi vida”, comentó Quartararo en el ‘corralito’, donde recibió la felicitación de MM93 y de todos los presentes, pues Bagnaia ya le había felicitado al llegar al ‘pit lane’, procedente de la pista, antes de subirse al podio. ‘Pecco’ dejó el boxe de Ducati, salió al carril del ‘pit’ y se abrazó al nuevo campeón, al hombre que hizo ayer un poco más feliz a su país.

“Todo va muy deprisa, tanto que Fabio, con el que tengo una estupenda relación, acaba de ganar su primer título, tras siete años en el Mundial, ¡y ha sido de MotoGP! Esa es la grandiosidad de este deporte, que todos vivimos con enorme pasión” terminó diciendo un orgulloso Marc Márquez.