El Mecalia Guardés se enfrenta al momento de acabar con el trabajo iniciado hace una smana en Austria donde consiguieron un marador rotundo de 21-28 en la pista del Hypo Niederösterreich. Hoy llega la hora de redondear la faena en A Sangriña para meterse en la Q3 de la Liga Europa. Un trámite dice la teoría, aunque en el vestuario del equipo guardés se huye de cualquier confianza y se insiste en la necesidad de tomarse muy en serio el compromiso para evitar cualquier apuro.

El partido llega además muy castigado tras una semana en la que después de llegar desde Austria tuvo que desplazarse a la pista del Zuazo. Mil quinientos kilómetros en autocar que pasan factura. Además las brasileñas Tamires Anselmo y Hannah Nunes siguen de baja y Fanny Descalzo no pudo completar todos los entrenamientos de la semana con el grupo por la misma causa. La plantilla es corta y el cansancio va enviando avisos. De ahí que Prades y sus jugagoras se tomen muy en serio este partido para reducir la posibilidad de cualquier sorpresa.

Por otra parte, ya se ha diluido el factor sorpresa de la defensa 5:1 que desactivó al poderoso pero también lento y previsible ataque austriaco. Es de imaginar que la escuadra centroeuropea vendrá a A Sangriña con soluciones trabajadas durante la semana. Una de ellas podría ser apostar casi desde el inicio por atacar con siete jugadoras, receta que le funcionó por momentos en la ida, pero que también se vio penalizada por varios goles a portería vacía, entre ellos uno de la guardameta Míriam Sempere.

José Ignacio Prade, técnico del Guardés exhibe firmeza cuando asegura que su equipo no tiene nada hecho ante el Hypo en la vuelta de la Q2 pese a los siete tantos de renta con los que parte. “Hay que tener confianza pero no estar confiadas”, resume una y otra vez el de Petrer, que asegura que “desde que acabó el partido en Austria” no ha dejado de “insistir en ello” a sus pupilas. “El Hypo va a venir a intentarlo de todas las maneras y a arriesgar”.