Galicia nunca había alcanzado la veintena de deportistas en unos Juegos Olímpicos. Lo había rozado en Barcelona 92 y en Sydney 2000 cuando se quedó en dieciocho representantes. Pero el arreón de los últimos días (con las llamadas en los deportes de equipo de Iván Villar y los hermanos Abalde) ha permitido alcanzar la veintena de participantes (vetinuno si añadimos al boxeador cubano Enmanuel Reyes que se afincó en A Coruña tras abandonar su país de nacimiento). Ellos serán los encargados de aumentar el número de medallas ganadas por los gallegos a lo largo de la historia (18). Y hay fundadas esperanzas de que ese número crezca de forma importante porque en la relación de deportistas al menos la mitad acuden con fundadas y sólidas esperanzas de subirse al podio en Tokio.
El ferrolano vivirá a sus 38 años su tercera experiencia olímpica después de Pekín 2008 y Londres 2012. Se perdió la cita de Río de Janeiro por una lesión y en Tokio piensa reafirmar su condición de leyenda del triatlón mundial. Cinco mundiales en la distancia olímpica y su versatilidad avalan a un deportista a quien la plata en Londres no hace la justicia que seguramente merecía por su trayectoria. Acaba de terminar en México el último tramo de su preparación para una carrera que se anuncia agónica.
Hace un año ya tenía el billete en la mano, pero tuvo que ponerlo de nuevo en juego en el selectivo organizado por la Federación Española. Acudirá a sus sextos Juegos Olímpicos convirtiéndose de este modo en un caso único en el deporte español: la primera mujer que alcanza esa cifra de participaciones igualando de paso a Estiarte y el jinete Alvarez de Cervera. Solo García Bragado tendrá más que ella. En K1 200 la palista tratará por fin de poner la guinda a un historial asombroso y acabar con el mal fario que le ha perseguido en las anteriores presencias olímpicas.
Uno de los nuevos talentos del piragüismo gallego. El de Betanzos ha demostrado en los selectivos ser el indiscutible dueño de la plaza que España tiene para el K1 200 metros. Pura potencia, su clasificación en esa distancia también le hizo un hueco en el K4 500 metros.
En ese K4 con el que España sueña derribar a los alemanes habrá otro gallego. El cangués Germade se ganó la elección en una semana llena de polémica y descontrol entre los aspirantes que incluyó amenazas, sospechas de boicot y manipulación de toda clase. Finalmente el bote lo integrarán Craviotto, Cooper, Arévalo y Germade. El 50% gallego. Se quedó fuera el lucense Cristian Toro. En la Copa del Mundo ya dejaron claro a los alemanes su potencial. Medalla muy probable y por la que el piragüismo español lleva una vida suspirando.
La última plaza que quedaba por adjudicar en el equipo español de piragüismo era quién defendería la plaza española en el C1 200 femenino. Hace un par de semanas esa incógnita se desveló en el selectivo organizado por la Federación y en el que la pontevedresa fue muy superior a la madrileña María Corvera. A sus 21 años será una de las benjamines de la delegación.
El vigués aspira a ser el primer deportista masculino de la ciudad que se sube a un podio olímpico. Lo intentará junto al catalán Jordi Xammar, con el que forma una pareja perfecta. Ellos han sido uno de los grandes equipos del 470 en el último lustro y su presencia en los podios mundiales y europeos les reafirma como una de las grandes esperanzas de la vela española en Tokio. Desde hace dos años tienen el billete en el bolsillo, conocen el campo de regatas de Enoshima como nadie...
Las lesiones condicionaron su preparación y estuvieron cerca de descabalgarla de la cita. Fue otra gallega, la viguesa Patricia Suárez, la que consiguió la clasificación para España en la clase de 49er femenino. Pero la Federación decidió finalmente que Echegoyen y Berta Betanzos sean las encargadas de defender esa plaza para España. Oro en Londres (aunque en otra clase con Sofía Toro y Angela Pumariega), el historial de Echegoyen y su experiencia son una garantía.
El de Porto do Son es el tercer gallego que ya tiene asegurada su presencia en la vela olímpica. Junto a Diego Botín representarán a España en la clase de 49er masculina con serias aspiraciones de estar en el podio. Desde hace meses toda la planificación la tiene organizada para llegar en las mejores condiciones a Tokio.
La saltadora de Ribeira es una de las que ha podido organizar con calma su plan para Japón. Tiene la mínima desde hace más de un año y en las últimas competiciones ha vuelto a acreditar su buen nivel. En Tokio está en condiciones de pelear por alguna de las medallas, aunque la competencia es feroz. Pero su progresión ha sido constante y ha desaparecido la joven impulsiva a quien a veces se le atragantaba la alta competición. El 14,61 que firmó en el Campeonato de España recientemente (su mejor marca de siempre al aire libre) supone un gran aval.
Una de las grandes sensaciones del deporte gallego en los últimos meses. Su papel en el Campeonato de Europa fue deslumbrante. Batió el récord de España con un margen de setenta centímetros (18,64 metros) y se ganó una plaza para los Juegos de Tokio en cuyo radar no aparecía.Pero ella y su entrenador sí creían. Desde entonces su regularidad hace soñar con una presencia en la final.
El mediofondista lucense logró hace un año en el Mundial de Doha la mínima para competir en Tokio en la prueba de los 800 metros. Desde entonces ha ido afinando su estado de forma y hace una semana firmó la cuarta mejor marca española de la historia tras una carrera en la que estaban buena parte de los atletas que estarán en la pelea por las medallas en Japón.
La central de Valdoviño ha sido una de las fijas de Carlos Viver en los últimos años y no había muchas dudas de que el seleccionador la incluiría en el equipo que tratará de estar en el podio del torneo de balonmano femenino.
El portero de Cangas, uno de los mejores del mundo en su puesto, estará en los Juegos con la selección que dirige Jordi Ribera. No admitía discusión su presencia como lo demuestra, sin ir más lejos, el impresionante papel en el último Mundial que se celebró el pasado mes de enero. Uno de los grandes porteros del mundo y un exponente más de lo prolífico que resulta Cangas que en esta edición de los Juegos presenta a cuatro deportistas.
No imaginaba la jugadora ferrolana (aunque criada en Vigo) que se iba a pasar dos semanas de su vida en Japón. Pero sucedió después de una buena temporada y su gran trabajo con la selección de Mondelo. Un caso de COVID la dejó sin el Europeo de Valencia, pero el seleccionador no ha tardado en llamarla tras superar la enfermedad.
Una de las grandes noticias del baloncesto español. La ourensana, formada en la cantera del Celta, ha entrado a lo grande en la élite nacional. En el Valencia ha asumido una responsabilidad impropia de una jugadora de 19 años. Parecía que entraba en la preselección para ganar experiencia, pero Mondelo no se lo ha pensado y Carrera acudirá a Japón.
El alero vigués cierra su primer año en el Real Madrid con una convocatoria en la selección española de baloncesto donde Scariolo valora su capacidad de adaptación y la aportación que hace tanto en ataque como en defensa.
Hace un año la plaza española en este deporte era para un gallego, Miguel Alvariño, y finalmente un pontino como él es quien va a representar a España en el certamen individual. La selección se quedó a las puertas.
Sorpresa de última hora. Una lesión permitió la llamada a última hora del portero cangués del Celta que se estrenará en unos Juegos y tratará de sumarse a la colección de medallas olímpicas que ha dado el deporte gallego. El equipo es una apuesta muy ambiciosa como lo demuestra el hecho de estar varios de los jugadores que acudieron a la Eurocopa con la selección.
La más joven de la delegación española en uno de los deportes que se estrenan en la edición y con los que el COI persigue a un público más joven. La coruñesa se clasificó hace meses para la cita japonesa y una vez allí nadie se atreve a ponerle ninguna clase de límite.
A sus 19 años el de Noia será uno de los representantes más jóvenes de España en los Juegos. Ha sido de los últimos en llegar. El pasado fin de semana en Varese logró la plaza olímpica en doble scull ligero junto a Manel Belastegui. Precisamente Horta entró en el bote ocupando el sitio del moarés Rodrigo Conde que renunció para intentar meterse en Tokio en otra modalidad.
