El Atlético Guardés ya está en semifinales de la Copa de la Reina. El conjunto gallego dio un recital de precisión en el primer tiempo y eliminó del torneo del KO a un errático Liberbank Gijón. La efectividad de cara a portería fue decisiva en un duelo en el que Guardés y Gijón fueron noche y día.

Pisó fuerte Guardés con un arranque eléctrico. Un parcial de 3 a 0 en los primeros minutos noqueó a un Gijón lento y espeso en su juego. Hasta que Aida Palicio entró en calor. El juego de las asturianas pasaba por sus manos y sus goles, que levantaron el ánimo de sus compañeras para recuperar terreno. Guardés golpeaba y Gijón respondía, aunque siempre por debajo en el marcador. Sarah Valero desquiciaba a las de Cristina Cabeza, que no paraba de agitar a las suyas desde la banda.

Los goles de la pivote hispanofrancesa y Paula Arcos, excelsa, mantuvieron a raya a las gijonesas, siempre a una distancia de dos goles. Hasta que par de misiles de Sandra Santiago rompieron el choque. Las de José Igancio Prades abrieron una brecha en el marcador de cinco tantos que dejó muy tocadas a las asturianas. Buscaba Gijón a la desesperada a su referencia, Palicio, que se daba de bruces con la zaga gallega y con una segurísima Marisol Carratú. También lo intentaba, con escaso éxito, una ágil Sandra Vallina desde el extremo.

Guardés olió sangre y quiso dejar casi sentenciado el duelo con un gran juego combinativo que se tradujo en goles. Las asturianas, superadas, apenas pudieron anotar un tanto en los últimos cinco minutos del primer tiempo y se fueron al descanso son una losa de siete goles que remontar (16:9). Una tarea harto difícil ante un sólido Guardés que se veía ya con un pie en las semifinales. Las imprecisiones condenaban al conjunto astur, que no se encontraba de cara a portería. Los números lo dicen todo: 88% de acierto en lanzamientos del equipo gallego frente a un 52% en el Gijón.

El vendaval guardés amainó tras el descanso en el Rita Hernández de Telde. Sin pausa, pero sin prisa, las gallegas seguían marcando el ritmo del encuentro, con un Gijón más entonado. Las de Cristina Cabeza empezaron a combinar más y mejor, pero se les seguía resistiendo la puntería de cara a puerta, pese a un arreón inicial de cuatro tantos.

Cuando las gallegas parecían estancadas, apareció una solvente Sarah Valero para mantener la renta goleadora a favor de su equipo. Sin un ritmo elevado, el equipo pontevedrés fue capaz de mantener la distancia en el marcador en un segundo tiempo menos intenso que el primero. Las gijonesas apretaron y llegaron a ponerse a tres tantos de sus rivales, pero el Guardés no estaba dispuesto a dejar escapar el triunfo. En el toma y daca del tramo final salió vencedor el Guardés, que ya piensa en las semifinales.