Ya se venía vislumbrando en cada comparecencia, sobre todo desde que el equipo superó los peores momentos de la temporada para llegar a mayo con dos títulos en disputa, pero a una semana del final no solo no se han rebajado las insinuaciones, sino que los mensajes de Zinedine Zidane señalan cada vez más claramente que su camino se dirige hacia la puerta de salida del Real Madrid.

Antes de visitar hoy al Athletic Club, con la obligación de ganar para evitar que el Atlético se pueda proclamar campeón de la Liga, Zidane fue dejando en rueda de prensa las habituales señales dubitativas sobre sus futuro: “Puedes pensar que cuando yo lo dejo, lo hago porque me quito la responsabilidad o porque se complicaron las cosas, pero no me fui por eso. Todo lo que hago, lo hago a tope y llega un momento en el que hay que cambiar”, discurrió Zidane en medio de una disertación en tres respuestas que dejó las frases que han terminado de evidenciar que su continuidad está, al menos, muy en entredicho. “Hay momentos donde tienes que estar y otros en los que se acabó y tienes que cambiar”, insistió, siempre generalizando.

El exceso de celo a la hora de torear las preguntas sobre su futuro encendieron las alarmas hace unos meses y, cada rueda de prensa, la salida de Zidane toma fuerza, cada vez con más indicadores y revelaciones, todo entre cantos de sirena con Raúl González como protagonista entre la ristra de nombres de futuribles para el banquillo blanco.

Lo que es incuestionable es que la generación elevada a los altares del fútbol con sus victorias en la Champions, liderada por Zidane, está tocando a su fin y el francés no parece dispuesto a liderar una revolución que se lleve por delante al bloque de jugadores con los que ha tocado el cielo deportivo. “Me emociono viendo a mis jugadores entrenar, me encanta. Me ilusiona cada día. No sé lo que va a pasar dentro de dos o tres años, por eso disfruto cada día. Aquí puede pasar de todo, esto es el Real Madrid”, sentenció el francés.

Desde la salida de nombres como un Sergio Ramos que sigue de baja, y que todavía no ha resuelto su renovación a un mes y medio de que expire su contrato, hasta la pérdida progresiva de protagonismo que tienen que tener otros, como Modric, el Madrid necesita una nueva hornada de estrellas y un nuevo líder que los guíe.

Antes, el Madrid aún de Zidane tiene que terminar una temporada liguera en la que conserva opciones de título, a expensas de un tropezón del Atlético. Para seguir presionando, el técnico francés tiene que volver a lidiar con las ausencias de toda su defensa titular, además de la última baja de Kroos, aislado por ser contacto directo de un positivo por coronavirus. Tampoco podrá estar en lo que queda el canterano Marvin, que jugó bien en el lateral derecho y se tuvo que retirar del campo con una herida que se extiende por todo el gemelo.

El que puede volver al once titular es Marcelo, que se quedó fuera de la última convocatoria sin sufrir ninguna lesión, para que el canterano Miguel Gutiérrez completara un gran partido en el carril zurdo, y ha vuelto a la lista.

La entrada de los dos canteranos en la última alineación fue el reflejo del cambio de Zidane, también visto por algunos como otra señal de su próxima marcha, en la que dejó en el banquillo a los grandes nombres que se mostraron extenuados en Londres en la Champions, para dar entrada a jugadores sanos y vigorosos.