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Natación en aguas abiertas

Tita, a doble y nada

Margarita “Tita” Llorens; al lado, durante su particular Batalla de Rande en septiembre.

Tita Llorens se ha convertido, a sus 52 años, en una de las mejores especialistas españolas en travesías a nado de larga distancia. Descolla entre sus numerosos logros haber unido la península y las Baleares. En julio probará en la ría de Vigo otro desafío nunca antes intentado: San Simón-Cíes-San Simón. El frío y las mareas serán sus adversarios.

Margarita Llorens, Tita en tierra y mar, se echará a las aguas de San Simón el próximo 4 de julio al alba. La menorquina cuenta con retornar al antiguo lazareto 16 horas y 54 kilómetros después, tras haber girado en Cíes. Una gesta nunca antes realizada. Tita combatirá contra las corrientes y especialmente contra el frío. También contra la extenuación y contra esa vocecilla interior que la tentará, susurrándole que se detenga. Tita, amazona de las aguas abiertas, entiende la magnitud de la gesta; su doble Batalla de Rande.

Margarita Llorens

La referencia histórica valió como bautizo en 2012, cuando la Asociación Deportiva Cíes-San Simón decidió crear una travesía a nado que uniese las islas de la ría viguesa. La prueba se ha instalado entre las emblemáticas del mundillo. Parecía inevitable que apareciese en algún momento en el itinerario de Tita Llorens. La menorquina se dedica con intensidad a la natación desde los 30 años. Afrontó su primera travesía de larga distancia con 40. Ha cumplido 52 con un currículo que asombra. De sus hazañas destaca el cruce entre Jávea e Ibiza, de 100 kilómetros; más de 36 horas para convertirse en la primera que ha unido a nado las Baleares y la península.

Tita Llorens acostumbra a programarse una gran travesía al año y otra de rango medio como entrenamiento, además de aquellas que considera cortas. En la ría de Vigo se estrenó el pasado mes de septiembre. La menorquina estaba preparando el doble cruce del Río de la Plata, entre Uruguay y Argentina, previsto para enero. Las aguas olívicas se antojaban ideales como test. Braceó entre Cíes y San Simón gracias a su amigo Aitor de Luis, cabeza visible de la organización de la Batalla de Rande. “La travesía es chulísima, entre bateas; muy diferente a lo que estoy acostumbrada”, describe Llorens.

“Es un lujo. Estamos encantados de ofrecerle este reto”, indica Aitor de Luis

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Ya entonces se planteó, medio en broma, ese ida y vuelta que jamás se ha intentado. La idea, sin embargo, cobró consistencia cuando la pandemia tiró abajo el proyecto rioplatense. Las autoridades italianas, además, tampoco validaron la alternativa de doblar entre Capri y Nápoles –Tita ya ha cubierto también la versión sencilla–. De Luis le recordó esa otra opción. “No hace falta que me digan mucho para que se me encienda la lucecita. Tenía esto en mente y hablé con Aitor”, comenta divertida. Aitor refrenda su entusiasmo: “Yo se lo ofrecí, toda la organización lo valoró en una reunión y aceptamos. Estamos encantados de ofrecer un gran reto a una gran nadadora. Es todo un lujo, un orgullo”.

Una edición anterior de la Batalla de Rande

La doble travesía de la ría de Vigo apenas supera la mitad de la distancia más larga que haya afrontado. Pero tiene complejidades técnicas muy concretas. En septiembre Tita nadó a 18 grados. Aitor de Luis se entrenó al día siguiente y la temperatura había bajado cuatro grados. Le envió un mensaje a Tita: “Si llegas a meterte hoy, no lo haces”.

Cuenta el valor mínimo absoluto, el relativo y el variable. “En la época en la que Tita nadará, el problema es que la temperatura no es constante”, explica De Luis. “A lo mejor viras en Torallamar a 17 grados y luego baja a 13,14 o 15. Depende de la corriente y de los famosos afloramientos marinos, cuando la ría se vacía porque viene mucho viento norte y sube el agua fría del fondo. La gente de aquí está acostumbrada. A la que no le llama la atención”.

Tita Llorens nada además sin neopreno. Es la forma más pura, que homenajea a aquellos pioneros de comienzos del Siglo XX que apenas disponían de grasa para afrontar la gelidez, por ejemplo, del Canal de la Mancha. “Es más romántico”, admite De Luis. El neopreno, además, proporciona flotabilidad y resta fricción. En la Batalla de Rande se obliga a su uso salvo petición particular y experiencias que respalden ese riesgo. Las de Tita doblegan cualquier prevención. Pero nadar a piel obliga a que la menorquina extreme su preparación. “Aunque nunca se sabe, la distancia no es lo que más me preocupa, sino la temperatura”, conviene.

La menorquina Margarita Llorens afronta el 4 de julio la travesía San Simón-Cíes-San Simón, de 57 kilómetros, 16 horas y el frío como gran rival

Recorrido de la Batalla de Rande

La nadadora está apurando las condiciones climáticas que le ofrece su Ciutadella natal. Para cada travesía larga diseña una puesta a punto de nueve meses. En este caso ha tenido que modificar el calendario, con la supresión de lo planteado en el Río de la Plata. Tras reducir sus entrenamientos a 30 kilómetros semanales, ha vuelto a incrementar el volumen de trabajo hasta los 50 y se plantea un pico entre 55 y 60. Se ejercita en piscina, pero ha empezado a dedicar un día semanal al mar. El Mediterráneo, que en verano alcanzará los 23 grados, se sitúa ahora mismo justo en esos 14 que necesita para aclimatarse de cara a Vigo. El acondicionamiento es también mental: “Debo machacarme para aguantar tantas horas y ahora, al levantarme cada mañana, también pienso en el frío. Es mi manera de meterme en el papel”.

La ría reserva otros acertijos, que Aitor de Luis ha ido desentrañando: las mareas. Tita nadará la prueba convencional el 19 de junio como ensayo, tres semanas antes de doblar gasto. El 4 de julio no se ha elegido por capricho. "Hemos cogido el día pensando en que las corrientes le ayuden a salir de San Simón”, explica De Luis. “El tramo más difícil suele ser el cruce del estrecho de Rande. Se forma un embudo. Todo el agua entra y sale”. La idea es que las mareas le ayuden en la ida y la vuelta en ese tramo, aunque nade contra ellas en otros. Para lograrlo habrá que compaginar bien los ritmos. Tita acepta: “No se ha hecho nunca y es una incertidumbre. Por muchos planes que hagas, nunca pasa lo que tienes planeado. Pero quiero las menos sorpresas posibles”. Las referencias visuales, más precisas en la ría que a mar abierto, pueden resultar contraproducentes: “En medio de un canal no ves costa, no sabes si avanzas o no. En una ría ves costa por los dos lados; te fijas en un edificio, un árbol. Y si no hay manera de avanzar, se te va metiendo en la cabeza y se hace más duro”.

Su seguridad está garantizada. La acompañarán cuatro miembros de su equipo –uno de ellos se tirará de vez en cuando al agua para acompañarla– y cuatro de la Batalla de Rande, repartidos entre dos kayaks, una zódiac y una embarcación más grande provista de ducha caliente y cama. Una buena infraestructura, aunque al final todo se sostenga sobre su capacidad agonística y su tenacidad. “Esto es como un segundo trabajo”, sentencia sobre la dedicación que implica.

– ¿Y cuál es su primer trabajo, si no es indiscreción?

– No te lo vas a creer: construyo piscinas.

Una edición anterior de la Batalla de Rande

Una prueba referente

La Batalla de Rande se celebrará el 19 de junio, con el condicional de la época. “No creemos que haya ningún inconveniente”, aventura Aitor de Luis. Será la octava si se completa. La prueba nació en 2012. En 2016 se suspendió a media travesía por viento y oleaje. En 2020, por la susodicha pandemia.

Las restricciones han obligado a cambios institucionales y organizativos. La Asociación Deportiva Islas Cíes-San Simón se ha transformado en club para federarse y acceder a lo que se permite. Al protocolo de seguridad de la Federación Española se le unirá el particular que elaboren y apliquen los responsables. Habrá renuncias dolorosas, como la ausencia de los íntimos en la salida de las Cíes y la llegada a San Simón. “Por desgracia será una prueba exclusivamente para los nadadores”, valora De Luis, que lamenta que los participantes “no podrán recibir el abrazo tan esperado de los familiares al llegar. La situación no permite celebrar ese acto”.

Pese a tales circunstancias, son 83 los inscritos: gallegos, alicantinos, vascos, catalanes, canarios, franceses... Había brasileños, pero se han tenido que borrar por los obstáculos de flujo entre países. Una excelente cifra, en todo caso. “Hemos notado que la gente tiene muchas ganas de nadar. Se nota en el ambiente.”, revela De Luis. “Es un alivio saber que contamos con el apoyo de la Xunta. Nos avalan como una prueba referente. Dentro del mundillo tenemos muy buena prensa. Es labor de muchos años de ir creciendo con cariño y dedicación. El día 20 estamos ya trabajando en la travesía del año que viene. Es nuestra pasión”. 

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