Julian Nagelsmann dirigirá al Bayern de Múnich hasta 2026. El adiós voluntario de Hansi Flick, que ya negocia con la federación germana para suplir como seleccionador a Joachim Löw tras la Eurocopa, le abrió las puertas para dirigir al equipo del que siempre fue simpatizante. Méritos no le han faltado. El joven técnico, que cumplirá 34 años el próximo 23 de julio, ha desarrollado un excelente trabajo con el Leipzig, al que llevó hasta las semifinales de la Champions el curso pasado. Ahora protagoniza el fichaje más caro de la historia de un preparador. El gigante germano pagará 25 millones por él.

La cifra supone un pelotazo en el mercado. El segundo traspaso más caro de la historia fue el de André Vilas-Boas, cuando pasó del Oporto al Chelsea por 15 millones de euros hace una década. Los lusos buscaban su Mourinho 2.0, pero la jugada no acabó de salir bien. El podio lo completa Brendan Rodgers, que llegó al Leicester en 2019 procedente del Celtic por 10,9 millones. El míster norirlandés sigue en los foxes, a los que está a punto de clasificar para la Champions en esta temporada.

Como ya le ha pasado durante su carrera, Nagelsmann se encontrará en Múnich a futbolistas mayores que él, empezando por el capitán Manuel Neuer, de 35 años. Tampoco es algo que rompa esquemas. Antes ya protagonizó diversos hitos: fue el entrenador más joven que dirigió a un equipo de Primera de una gran Liga (con 28 años) y también en la Champions, al clasificar al Hoffenheim con solo 31. A los 33 alcanzó la semifinal con el Leipzig después de eliminar al Atlético, el éxito más reconocido en una trayectoria tan corta como notable que le había acercado a clubes de la Premier y al Barça. Atrás quedan las burlas de la prensa germana cuando llegó al Hoffenheim en febrero de 2016 a la edad de cualquier futbolista en su mejor momento. “Es un chiste de relaciones públicas”, “una idea descabellada”, llegaron a publicar los medios. Su carta de presentación no estuvo nada mal: logró la permanencia en la última jornada, tras sumar 23 puntos en 14 partidos, recortando una diferencia de siete puntos con el primer puesto que daba la salvación.

Era una cuestión de tiempo su llegada al Bayern, que ya le intentó fichar para su fútbol base hace varios años. Nagelsmann lo rechazó, consciente de que tarde o temprano le llegaría una mejor oferta. “Estoy muy, muy contento en mi vida y el Bayern me haría todavía más feliz”, proclamó en 2017.

Cuatro años después, el técnico nacido en Baviera recoge el testigo de Flick, que se quedó en los cuartos de la Champions meses después de conquistar el título en Lisboa. El Bayern pronto confirmará su novena Bundesliga consecutiva. Será difícil mejorar las prestaciones de un equipo en el que solo vale ganar.

Exdefensa de gran estatura (1,90 metros), se lesionó de gravedad en la rodilla con solo 20 años, por lo que tuvo que renunciar a su carrera profesional. Sus primeros pasos como técnico los dio en 2008 junto a Thomas Tuchel, el actual preparador del Chelsea, en el filial del Augsburgo. Allí se encargaba del estudio minucioso de los rivales.

“Le estoy muy agradecido por haberme dado la idea de convertirme en entrenador”, apunta el nuevo técnico del Bayern, que siempre ha apostado por la presión muy arriba y un juego de transición eléctrico. Su obsesión por los aspectos tácticos también resulta casi enfermiza, cosa que le diferencia de Flick. En Múnich le espera su primer grande, un club en el que no existe la paciencia. Ancelotti, despedido en 2017 después de 15 meses en el cargo, y Niko Kovac, destituido en 2020 tras 16, pueden corroborarlo.