Carlos Álvarez preside el Celta Bosco desde el fallecimiento de Paco Araújo en 2016. Un legado que le ilusiona en la cancha igual que le angustia en los despachos. El dirigente porfía en el empeño de devolver al baloncesto femenino vigués a la máxima categoría. Hoy viaja con el equipo a Leganés, donde comienza mañana la fase de ascenso.

– Tercera fase en cuatro años. ¿Con qué sensaciones la afronta?

– Las sensaciones son muy positivas. Lo importante es cómo están las jugadoras y ellas están con muchas ganas de disputar la fase.

– El equipo no ha dominado la liga regular, como en esas otras dos temporadas, pero parece llegar en línea ascendente.

– La primera vez estábamos muy tocados económicamente. Fuimos con lo que teníamos. Perdimos contra Valencia de una manera muy digna, tras haberle ganado a Canarias, que ya decían que era imposible. Fue espectacular. Pudimos haber ascendido, aunque económicamente quizá no era el momento. En el segundo año construimos un equipo muy potente. Pero antes de llegar a la fase se fueron cayendo jugadoras. Llegamos con seis. El resto estaban lesionadas. Incluso así alcanzamos la final. Esta vez hemos hecho un equipo con gente joven, arriesgando con jugadoras que habían estado lesionadas durante mucho tiempo. Sabíamos qué problemas íbamos a sufrir a comienzo de temporada. Hemos traído a Motley en el instante justo. Esta fase nos coge en un momento físico tremendo y con muchas ganas.

– ¿Duele haber perdido en Cortegada, viendo qué grupo le ha tocado al Ardoi al ser segundo?

– No hay retos fáciles. Perdimos en Vilagarcía porque las jugadoras, completado el objetivo de estar en la Liga 2 Pro (nueva segunda categoría, con menos equipos) y en la fase de ascenso, se relajaron. Podíamos haber arriesgado y sacar a todas las jugadoras después en Ferrol. Perdimos de 30, pero las reservamos para ahora, para la fase. Nuestro planteamiento es distinto. Es fastidiado que te toque el Barcelona y es casi más difícil el Alcobendas, con lo que ha fichado. Pero vamos a ver si somos capaces de competir y sacar esto adelante.

– Deben superar al Barça y previsiblemente en la final al Leganés; dos de los tres invictos.

– Soy consciente de que es muy difícil. Pero los retos fáciles nunca te llevan a buen puerto. Nuestras jugadoras saldrán concienciadas de lo que se están jugando. Lucharemos y podemos ganar. Yo creo que los rivales están preocupados de tener que jugar contra nosotros. Por eso nuestro director deportivo, Carlos Colinas, lo llama el grupo de la muerte. Hay que jugar. Si no somos capaces de ascender, tampoco está mal la Liga Pro.

– Usted siempre ha dicho que es presidente del Celta Bosco para devolverlo a la máxima categoría.

– Es cierto. Pero necesitamos muchas cosas, como más implicación del empresariado de la ciudad, que apoye un poco más al deporte. Necesitamos el apoyo de la ciudad. Sabemos que los aficionados están con nosotros. Pero si no consigues dinero, es complicado. Que de una vez por todas se haga una ley de mecenazgo. Tenemos que competir con otras comunidades que sí lo tienen y así nos va.

– Esa austeridad financiera y militar en Liga 2 les ha impedido, por ejemplo, retener más tiempo a talentos como María Araújo, Raquel Carrera, Anne Senosiain… Es esa sensación de reiniciar el camino una y otra vez.

– Ojalá hacer un equipo como Ferrol, con siete u ocho jugadoras que podrían estar en Liga 1 perfectamente. Nosotros tenemos seis canteranas en el primer equipo, que lo están haciendo estupendamente. Es nuestra labor. No les podemos pedir más. Con trece profesionales hablaríamos de otra cosa. No podemos.

– Hablaba de comunidades con ley de mecenazgo. Pero en Galicia, Ensino y Ferrol disponen ahora mismo de un mayor potencial financiero. El Celta, que ha sido campeón de Liga y Copa, no puede competir con ellos a ese nivel.

– A lo mejor yo tampoco soy la persona adecuada y se necesita a alguien que sea más atrevido. Me gusta tener los pies en el suelo y soy lo que soy. Estamos jugando una competición que es desigual para todos. Los equipos vascos, además de la ley de mecenazgo, reciben todas las ayudas públicas a principio de temporada. Nosotros ya casi acabamos la temporada y todavía no hemos recibido la ayuda de ninguna institución. Es una desventaja. Ahora le voy a deber dos meses a las jugadoras. No les podré pagar hasta que me llegue la subvención. Cada uno debe ser responsable. No he percibido a estas alturas nada de Diputación y Xunta. Estoy a la espera del Concello, pero todavía no he cobrado. Si yo pudiera ofrecer a las empresas una bonificación fiscal, a lo mejor no necesitábamos subvenciones. Sería exclusivamente nuestro trabajo el que daría rendimiento.

– Cambia el formato y se potencia la segunda categoría. ¿Con eso le bastaría para seguir motivado? ¿Se ha puesto fecha de caducidad?

– Me he puesto como meta mi jubilación. Cuando me jubile, me retiro de todo. Quiero viajar con mi mujer, aprovechando que aún seamos un poco jóvenes. Después no podremos. El baloncesto me da muchas satisfacciones, pero también me pone muy nervioso. Yo no duermo si no puedo pagar una nómina. La vida es así. Esto es terrible. Me gustaría que las empresas de Vigo tuviesen mayor responsabilidad social y corporativa, no solo con nosotros, sino con todo el deporte minoritario.