El Rápido de Bouzas se confirmó como el segundo mejor equipo de la segunda vuelta del campeonato, logrando la clasificación para la fase que luchará por conseguir el ascenso a Segunda RFEF.

El cuadro de Rubén Domínguez tuvo más oportunidades y más ocasiones que el Rápido de Bouzas, sin embargo no fueron quienes de aprovecharlas ni de ejercer peligro sobre la portería de Álex que, en ningún momento tuvo que realizar grandes esfuerzos. 

Los dos equipos afrontaron el encuentro con la responsabilidad de lograr los tres puntos para evitar la fase de permanencia. El cuadro local dominó el partido con claridad en los primeros cuarenta y cinco minutos de juego, pero sin la profundidad necesaria para acercarse con peligro al área aurinegra. De hecho, llegada la mitad del primer tiempo, los ourensanos ya habían dispuesto de tres claras ocasiones.

El juego ofensivo del Ourense CF pasaba por Borja Domingo y Wadir, que se esforzaban por remar y adelantarse en el marcador. Junto a ellos, César Cotos tuvo la otra clara, una llegada al área contraria que terminó naufragando por una caída en el campo que, además, se saldó con una falta peligrosa y un cartón para los visitantes.

Una primera parte con un ritmo lento por parte de los ourensanos y poco más ágil por el cuadro visitante, pero que daba un resultado de 0-0 al descanso sin que nadie mereciese más. 

Al regreso de los vestuarios los de boucenses aumentaron la presión, apretaron en el ritmo y consiguieron su propósito,abrir el marcador. Fue gracias a un disparo de Aram a la salida de un córner, tan solo dos minutos después de reiniciarse el juego. 

El tanto sirvió para que los locales también aumentase la presión y quisiesen recuperar el dominio de un encuentro que nunca estuvo de su lado. Mayor intensidad, cambios en la línea de ataque, aumento de ritmo,pero sin acierto. Si subió el nerviosismo, que ya había sido tónica general de la cita, y fue lo que sentenció el partido. Ni el máximo anotador, Borja Domingo, fue capaz de darle la vuelta al partido y lograr el empate que, aunque clasificatoriamente no hubiera servido, hubiera sido un golpe de moral para la lucha por la permanencia.