Si el rojo de la tierra de Roland Garros es el color de Rafael Nadal, el verde de la hierba de Wimbledon, el de Roger Federer, el azul de la Rod Laver Arena es el patio donde mejor juega al tenis Novak Djokovic, sobre la que fulminó a Daniil Medvedev por 7-5, 6-2 y 6-2. En ese escenario el tenista serbio se siente el verdadero número 1, un ránking camino de récord histórico que firmará el 8 de marzo con 311 semanas al frente de la clasificación mundial.

Es el jefe del circuito y lo certificó levantando su noveno título en el Abierto de Australia y situarse con 18 Grand Slams, a solo dos de Nadal y Federer, en esa carrera por la historia en la que está enfrascado el “Big Three”.

Djokovic le recordó a Medvedev y a toda esa camada de jóvenes lobos de la nueva generación, ansisosos de derrocarle a él a Nadal o Federer, que están ahí defendiendo un dominio de dos décadas.

La fuerza con la que llegaba Medvedev, con 20 victorias seguidas y tres títulos, parecían razones para que las apuestas por el campeón se igualaran. El tenista ruso había lanzado el guante. “Djokovic tiene muchas más cosas que perder que yo”, había dicho.

“La nueva generación debe empezar a mover el culo, si quiere ganarnos”, le había contestado en la víspera Djokovic.Pero las palabras fuera de la pista debían demostrarse dentro.

“Daniil es el rival a batir”, había admitido Djokovic, y todo el mundo esperaba una batalla épica. Una final intensa, con largos intercambios y golpes espectaculares que podría alargarse durante horas, ante un Medvedev ansioso por conquistar su primer grande y con armas por hacerlo, frente a un Djokovic experimentado en mil batallas, pero que había vivido “en una montaña rusa de emociones”, según confesó tras su victoria.

Dudas por esa lesión de abdominales que le tuvo al borde del KO en el partido de tercera ronda ante Taylor Fritz. Y las críticas algunos de sus compañeros, molestos por considerar que estaba sobreactuando.

Djokovic pisó la Rod Laver Arena con esos “demonios” en el vientre pero tambiéndispuesto a sacar su carácter de campeón. “Lo ha superado todo”, decía Goran Ivanisevic, su entrenador. El tenista serbio tenía las ideas muy claras ante Medvedev. Nada de especulación, mucha concentración, paciencia y saber qué hacer en cada momento clave. Lo demostró con un inicio perfecto. A los ocho minutos ya mandaba 3-0 y solo había cometido un error no forzado. Y lo confirmó después cuando Medvedev se puso 5-5, en el momento más complicado.

El número 1 salvó la situación. Primero con su saque (6-5) y después con su resto para arrebatar el saque y set al tenista ruso. No hubo mucho más partido. En los siguientes dos sets, desmoralizado y sin táctica para responder, Medvedev solo pudo ganarle cuatro juegos más antes de dar la mano a Djokovic tras 1 hora y 53 minutos.

“Tendré que seguir trabajando”, aceptó con resignación Medvdev ante la sonrisa de Djokovic, que anunció que va a centrarse en los Grand Slams. De momento ya tiene 18, la próxima cita será en el patio de Nadal en París.

“Me centraré en los Grand Slam”

“No pienso en que me esté haciendo mayor pero tengo que ser más inteligente a la hora de confeccionar mi calendario. Voy a dedicar particular atención a los Grand Slam ya que mi principal objetivo es conseguir tantos como pueda. La otra razón es que no puedo traer a mi familia conmigo por el tema de la pandemia”, comentó Djokovic.

“Me desgarré el oblicuo. Cada uno es libre de opinar lo que quiera pero comprobaréis a final de año cuando salga el documental que he estado grabando estos días la recuperación que he llevado a cabo”, dijo.

“Cuando era pequeño soñaba con ser número uno y ganar en Wimbledon. Pero ahora, viendo las cosas con perspectiva, puedo decir que Rod Laver es la pista”, explicó al conseguir su tercer Abierto de Australia consecutivo.

“La nueva generación tiene la calidad para alcanzar estos títulos. La diferencia es que Roger, Rafa y yo hemos sabido jugar nuestro mejor tenis en estos momentos. La experiencia que nos da a la hora de afrontar partidos a cinco sets. Dominic (Thiem) tuvo que disputar varias finales antes de conseguir su primer título en el Abierto de Estados Unidos”, señaló.

“Me sentí como Nadal en 2019”

Daniil Medvedev se sintió como cuando Nadal cayó ante el serbio en la final de hace dos años en Melbourne Park. “Vi el partido para preparar el mío y creo que me siento como se sintió él aquel día. No he jugado a mi mejor nivel pero quizás ha sido porque él no me he dejado”, aceptó.

“Recuerdo que Djokovic llegó tarde pero luego me demostró ser una persona genial, yo estaba muy estresado intentando no fallar una bola porque estaba peloteando con el mejor del mundo”, dijo sobre aquel episodio cuando era el número 500 del mundo y conoció a Djokovic.

El moscovita también explicó las diferencias respecto a enfrentarse al primero jugador mundial y al segundo después de haber caído con los dos en el Abierto de Australia de 2021 y en el Abierto de Estados Unidos de 2019. “Con Nadal tienes más tiempo para pensar a pesar de que puede producir golpes increíbles con la derecha. Todo ha ido muy rápido esta noche, tenía la sensación que había perdido en un partido que duró media hora”, aclaró. Medvedev desveló entre risas que su principal reto para este 2021 será ganar un partido en Roland Garros después de su tropiezo en primera ronda ante el húngaro Marton Fucsovics en la pasada edición.