El Atlético Novás, principal referente de O Rosal en el deporte colectivo, su orgullo igual que figuras individuales como David Gómez, Serafín Martínez o Javi Díaz, intenta devolver a su cuna y su comarca aquello que toma de ella. La directiva que preside Andrés Senra ha ido tejiendo durante los últimos años una red que sostiene sus ambiciones deportivas y que ha servido para mitigar el impacto de la pandemia. “El club depende mucho de las instituciones pero también da mucho a cambio. Intentamos acordarnos de la zona para todo lo que necesitamos”, comenta Senra como filosofía.

El peso del Atlético Novás como símbolo y dinamizador lúdico se tasa en el número de socios. Bordearon los mil la pasada temporada, un dato extraordinario en una localidad que apenas sobrepasa los 6.200 habitantes. Era una cota, claro, anterior al COVID-19. Crisis y restricciones han reducido ese número a poco más de 400. Pero incluso esta cifra se entiende como prueba del gran apoyo social. “Es una caída importante pero dentro de lo que esperábamos en estas circunstancias. Tampoco es para quejarse”, acepta Senra.

Por lo menos, el club ha podido ofrecerles la posibilidad de que puedan ir accediendo a los partidos. La directiva ha manejado en el pabellón de O Calvario aforos de entre 100 y 200 espectadores. Y en una ocasión se organizó un partido en el municipal de Porriña para incrementar esa posibilidad y a la excursión respondieron los 300 aficionados posibles. “Nunca estuvimos a puerta cerrada por suerte, porque otros equipos de la misma categoría no han podido meter a nadie hasta ahora. En eso estamos contentos pero es jugar con cierta desventaja con respecto a otros años, con lo que imponía jugar en O Rosal. A ver si vamos recuperando, pero no soy optimista de cara a esta temporada. Nadie va a tomar esas decisiones”, augura el presidente.

Tal vez se haga necesario organizar más desplazamientos si la ocasión requiere un apoyo masivo. La organización de actividades diferentes es una de las señas de identidad de la directiva del Atlético Novás, que ha programado clinics, campus y todo tipo de presentaciones. Esta es una de las vías que maneja para premiar al grupo de empresas que han ido cosiendo a su proyecto. Son alrededor de sesenta, de grandes firmas a pequeños comercios; de patrocinadores principales como Acanor y Valinox a colaboradores que adquieren un carnet o financian alguna iniciativa concreta.

La política es la de ofertar un gran abanico de alternativas para quien pretenda echar una mano. “Al final buscamos maneras de colaborar con quien quiera: un cartel, un carnet, bocadillos para un partido... Siempre tratas de buscar algún apoyo”, explica Senra. “Hay diferentes maneras y son todas aprovechables, la verdad. Obviamente cuanto más aporten, mejor para el club. Pero no le cerramos la puerta a nadie. Lo importante es tener un grupo importante de empresas. Si pierdes una, que no se desmorone la economía”. Cada céntimo cuenta a la hora de cubrir el presupuesto, que este año ronda los 260.000 euros.

En el Novás sostienen que a cambio no solo ofrecen un espectáculo deportivo. “También nosotros tenemos nuestro impacto económico”, recuerda Senra. “El club da al Rosal y su zona. En invierno, cuando el tema del turismo está flojo, muchos clubes que vienen a jugar tienen que hacer noche aquí. Las empresas de autobuses de la zona trabajan con los equipos del club. Este año los bares están más perjudicados como en todo, pero con el tema de la retransmisión por streaming de los partidos la gente se reúne y se está generando ambiente. Un partido del Novás supone una inyección importante. Beneficiamos a aseguradoras, negocios de ropa...”. Y también cohesionan la zona, con ese flujo natural que se produce, especialmente a ciertas edades, de canteranos hacia el Novás y de canteranas hacia el Guardés. “Tenemos bastantes niños de A Guarda y tambien de Tomiño. A nivel masculino en el Baixo Miño somos el referente”.

Todo coincide, impulsa y retroalimenta la etapa más brillante del club, segundo en su grupo de División de Honor Plata Masculina, destinado a meterse en la fase por el ascenso a Asobal. Antaño una quimera; hoy un reto, aunque Senra confiesa: “No lo hemos pensado de momento, más allá de la ilusión que nos puede generar. No sé si estaríamos preparados para ello. Ya en esta categoría somos conscientes de que tenemos carencias. Nos falta más personal dedicado al club en exclusiva. No tenemos a nadie en la parte administrativa. En Asobal hay muchos requisitos a mayores, además del gasto económico. Estaríamos obligados a tener a toda la plantilla dada de alta”. Pero era igualmente impensable imaginarse a un Novás consolidado en Honor Plata. Toda una comarca lo apuntala.