El primer objetivo ya está cumplido y la décima desde anoche empieza a acercarse a las vitrinas azulgranas después de una semifinal ganada por el Barça con poderío pero también con sacrificio, tesón, esfuerzo y sobre todo mucha intensidad para noquear a un París Saint Germain que solo enturbió el camino triunfal de los jugadores de Xavi Pascual en la fase inicial del partido (37-32).

Solo ha sido una batalla, una victoria en el frente de Colonia a la espera hoy de certificar la Champions de balonmano y sumar esa décima copa para embellecer todavía más el museo azulgrana. Queda lo más complicado, hoy ante el Kiel (Teledeporte, 20.30 horas), equipo que se deshizo del Veszprem por 36-35 en la prórroga de la otra semifinal.

Se dirá y se escribirá que esta décima copa, si afortunadamente la consigue el Barcelona, se ha hecho esperar más de la cuenta porque el torneo debía disputarse en marzo. Pero durante todo este tiempo, de primavera a Navidad, tras el obligado parón competitivo, el Barça no se ha arrugado internacionalmente y ha sabido mantener el tipo. Con una buena actuación en la Champions actual, El Barça tenía enfrente a un PSG, al que tampoco le tiembla el pulso a la hora de disparar a portería. Sin embargo, y tal como sucede entre sus compañeros futbolistas, la inversión millonaria aquí tampoco acaba de dar frutos.

Lo cierto es que el PSG solo pareció apretar y complicar la vida al Barça en los primeros 15 minutos de partido. Los azulgranas hacían una especie de trabajo de hormiguita, sin inquietarse, pero poco a poco iban llenando el zurrón de goles. Y eso que precisaron de 17 minutos para empatar a los franceses (10-10). Fue como una señal. Desde ese instante siempre estuvieron delante del marcador, con una actuación estelar del francés Dika Mem y una fortaleza bajo los palos de Kevin Möller.

La segunda parte, seguramente, fue más plácida para el Barcelona de lo que Xavi Pascual intuyó antes del duelo. Siempre mantuvieron una cómoda ventaja por encima de tres goles y nunca el conjunto francés llegó a inquietar ni a atemorizar a los azulgranas. “A partir del primer cuarto de hora añadimos un punto de velocidad y allí estuvo la clave del triunfo”, aseguró Pasqui.