Reencuentro con el tatami, y con la competición, en Croacia para la judoka viguesa Laura Vázquez (-63 kilos), que participó la pasada semana en el Europeo júnior, celebrado en la localidad de Porec, donde cosechó un séptimo puesto que le deja “buenas sensaciones” después de tantos meses sin poder competir.

Era su primera competición post Covid: “Al principio el campeonato no se iba a hacer, pero al final se animaron y pudo salir adelante. Ahora seguimos con las dudas de qué pasará en las próximas semanas y creo que será la única competición que tendremos hasta diciembre”, lamenta. Así que era casi obligado estar en Croacia. “Después de tantos meses sin competir a alto nivel siempre vas con nervios y con dudas de si llegas bien preparada después la inactividad”, explica. “La gente cree que por dejar de competir unos meses no pasa nada, pero todas las sensaciones de la competición se pierden”, reconoce la subcampeona de Europa cadete.

Unas semanas antes del Europeo en Croacia, tocó cambiar el chip: “Cuando vimos que se iba a hacer ya nos pusimos a trabajar para prepararnos lo mejor posible, tanto física como mentalmente y la verdad es que las sensaciones allí fueron estupendas. Me encontré muy bien y la verdad, sobre todo en cuanto a la aptitud, aunque lógicamente aparecieron los nervios típicos de la competición”.

En este aspecto, Laura Vázquez subraya la importancia de una buena preparación psicológica para afrontar la competición de la mejor forma. “Estuve trabajando mucho con mi psicólogo, y con todo lo que había trabajado también de antes, yo creo que fue un punto muy grande para llegar en esas condiciones”. En este punto también destaca la labor de su fisioterapeuta.

El séptimo puesto, tras ganar dos combates y ceder otros dos, le deja, dadas las circunstancias y “después de toda la situación que estamos viviendo”, satisfecha. “No deja de ser un resultado bueno, aunque como yo siempre digo, siempre voy a por la medalla de oro. Aunque, dentro de lo que cabe, sí que es verdad que en algún combate se notó la falta de rodaje. Quizá eso es lo que nos ha dejado a punto de luchar por las medallas. Es una cosa a la que tampoco le damos mucha importancia porque sabemos que eso es algo que llegará a medida que vayamos recuperando las sensaciones de competir. Dentro de lo malo, y de todo lo que hemos vivido, un séptimo puesto tampoco está tan mal”, dice la viguesa, que afronta su primer año como júnior.

Ahora, sigue la incertidumbre. “Estamos ahora un poco expectantes, pero trabajamos día a día para si al fin de semana llega una competición estar preparados, que no nos coja por sorpresa”, subraya. También estuvo, junto a otros integrantes del equipo gallego, entrenando en Coimbra, para “salir un poco de la rutina”.

Poco a poco todo parece volver a su sitio, también en su día a día, que este año discurrirá entre el Centro de Tecnificación de Pontevedra y Santiago, donde ha iniciado sus estudios de Psicología.