La España de Luis Enrique lo había peleado con todo, pero a veces en la vida el camino más rápido hacia el fracaso es poner todo tu empeño, más del recomendable, en el camino elegido hacia el éxito. Ucrania aguantó con vida gracias a su portero y, en los mejores minutos de España, un balón largo y una cadena de errores españoles terminaron en un gol de Tsygankov y una derrota inmerecida (1-0) para un equipo que sigue su aprendizaje hacia la Eurocopa.

La precipitación española en sus momentos de ataques más peligrosos, ya en el tramo final, se extendió a todo el equipo, cada vez más volcado y ansioso por atacar. Así llegó un saque del portero ucraniano que terminó, después de un salto perdido y una combinación demasiado asequible, en una carrera de Tsygankov ante Navas que desequilibró una mala salida de De Gea. En la Liga de Naciones, la derrota deja a España con todo por decidir en la visita de Alemania a Madrid.

España había salido al partido a mandar y dominó el juego con fluidez. La selección merodeó con peligro el área rival, hubo mucho toque, intercambio de posiciones y circulación rápida. Le llegó para convertir al portero ucraniano Bushchan en el mejor del partido.

Fue el estreno de la pareja Ansu Fati y Adama en las bandas, una apuesta clara y descarada por la velocidad y el desborde, que no terminó de responder a las expectativas: Adama más cantidad y Ansu más calidad, aunque exenta de continuidad, pero desborde que no se tradujo en un caudal constante de ocasiones.

El equipo de Luis Enrique acometió una presión intensa que le permitió robar el balón en campo rival, pero más que ocasiones le surtió de una posesión mayoritaria ante el sólido repliegue de los ucranianos. En ese contexto, el punto de ruptura fue Adama. El extremo del Wolverhampton encaró siempre que pudo y, casi sin excepción, superó con una facilidad insultante a un torturado Sobol y a todo ucraniano que se atrevió a interponerse en su camino. Puso centros al primer palo, al segundo, aéreos y rasos, pero no apareció un rematador.

Se volvió a escuchar a la afición vitorear a los futbolistas, ante más de 10.000 aficionados en los 70.000 asientos del Olímpico de Kiev. La Ucrania de Shevchenko alternó su repliegue intensivo con ataques tan masivos como malintencionados, hasta hacer explotar la grada con el gol.

Siguió el festival de ocasiones españolas, ahora sí, con todo en el terreno de juego rival, con Adama en plan exhibición y Ramos de delantero centro, pero sin gol y sin puntos.