Dominic Thiem se lució y Rafael Nadal cumplió. Faltaba que Novak Djokovic presentara sus credenciales en Roland Garros y lo ha hecho con contundencia avasallando al sueco Mikael Ymer (6-0, 6-2 y 6-3).

Djokovic disfrutó en su estreno en la Phillippe Chatrier, con el techo retráctil cerrado por tercer día por la lluvia. Se ha encontrado cómodo sobre la lenta pista, solido tanto de derecha como de revés, servicio e incluso dejadas. "Un golpe que será muy importante este año aquí, aunque hoy he abusado un poco". Tanto como de su rival. En diez minutos se apuntó el primer set en blanco y en los otros dos solo ha cedido cinco juegos a un Ymer aturdido por su ídolo, cuyo rostro llevaba impreso en la lengüeta de sus zapatillas.

Hoy Nadal vuelve a la pista para seguir cogiendo ritmo en otro partido plácido ante el estadounidense Mackenzei McDonald (211 mundial), que jugará su segundo partido en París, a los 25 años y el noveno en tierra batida. De momento Nadal se siente lejos del juego mostrado por Djokovic y Thiem en su debut. "Hay que mejorar", les dice a los suyos. "Hay que hacer más daño. No puedo estar pasivo. Debo ser intenso y adaptarme a las condiciones y a las bolas. No hay más".