La presencia de Javier Gómez Noya el pasado fin de semana en Baiona eclipsó, en cierto modo, la consecución del título de campoeón gallego por parte de Rodrigo López. Su segundo puesto en el Triatlón Atlántico, por detrás del pentacampeón del mundo, le valió al madrileño afincado en O Porriño desde hace años, el cetro autonómico de triatlón olímpico sin drafting. Mientras que Gómez Noya completó en Baiona un entrenamiento de calidad con vistas a la cita de las Series Mundiales de este fin de semana en Leeds, para Rodrigo López fue la confirmación de que su trabajo, junto a otro gran referente del triatlón nacional como Gustavo Rodríguez, empieza a dar sus frutos.

Rodrigo López lleva seis años en Galicia. Se mudó por motivos académicos, ya que estudió Oceanografía en el Cuvi. Fue durante un Erasmus en México donde se 'reconvirtió'. "Yo era nadador y allí en México me ofrecieron competir en triatlón en un club que había cerca de la universidad donde estaba estudiando. Me animé y la verdad es que me enganchó", explica. Cuando regresó a Vigo para cursar su cuarto año de carrera fue cuando contactó con Gustavo Rodríguez. Desde entonces entrenan juntos a diario.

"Al principio formé un equipo con unos compañeros del Náutico de Vigo, que llamaron El Sireno, pero luego me uní al Tri Penta Terras de Lugo", cuenta. Cada sábado salía con la "grupeta" de O Porriño para hacer un entrenamiento de unos 100 kilómetros hasta Tui, A Guarda, Baiona, Gondomar y San Cosme. En esos rodajes solía coincidir con el tudense. "Tenía entre miedo y respeto de acercarme a hablar con él. Un día estaba paseando por Tui y venía de entrenar, le paré y le pregunté si había alguna posibilidad de poder entrenarme con él. Desde el primer momento me dijo que no había ningún problema", relata. Y se hicieron casi inseparables. Rodrigo López es el único deportista que entrena con el tudense este año, ya que está totalmente volcado en su reto de lograr la clasificación para el Mundial de Ironman de Hawái y el billete para los Juegos Paralímpicos de Tokio como guía del valenciano Héctor Catalá.

Durante un tiempo López compaginó sus entrenamientos con su trabajo en una multinacional de material deportivo, pero ahora mismo se ha tomado su carrera deportiva "más en serio". "También estoy buscando trabajo de lo mío, pero este año hemos intensificado los entrenamientos", acudiendo incluso a la concentración de Sierra Nevada", explica. En julio del año pasado también acompañó al tudense a Navacerrada y también a Valencia, a una concentración para entrenar con el paralímpico Héctor Catalá.

Dos años entrenando juntos que han hecho evolucionar a López a pasos agigantados. "Es un proceso muy bonito porque yo venía de la natación y de la bicicleta no conocía nada de nada. No sabía ni cambiar una rueda", explica. Curiosamente, ahora se atreve a decir que es su punto fuerte en el triatlón. "Al principio fue muy duro porque era una locura. Los entrenamientos, incluso los de natación, me sobrepasaban porque yo venía de la velocidad y con él trabajaba fondo", relata. Pero Gustavo Rodríguez supo ajustar el nivel de exigencia de los entrenamientos para "ir creando un deportista que venía de la natación a otro cuyo segmento más potente es el de la bicicleta", relata. "Todavía me falta mucho, pero la verdad es que cada día que entrenamos mejoramos algo", dice.

Verse en el podio de Baiona junto a Gómez Noya y Diego Paz (que fue tercero) es algo que le provoca una mezcla de emoción y orgullo. "Es fruto de lo que llevamos entrenando estos dos años y del esfuerzo que hacemos todos los días, con jornadas de dos, tres y a veces cuatro sesiones. No paramos casi ni un mes. Es un proceso de rigor que te tiene que apasionar".

Recuerda su participación en Baiona como "una carrera muy bonita". "En la natación salí en el tercer grupo, a unos tres minutos de la cabeza de carrera y era consciente de que a Gómez Noya no le iba a hacer sombra ni me iba a acercar, pero su presencia fue una motivación más. Me salió una bicicleta muy buena y me bajé a correr segundo ya", rememora. "Teniendo a Gustavo como maestro, que domina la bicileta, es un sector en el que tenía que mejorar sí o sí", bromea. Con Diego Paz pisándole los talones supo resistir para asegurar la segunda posición, que le valió el título autonómico.

Rodrigo López afirma que este es su "mejor año hasta ahora". Hace quince días fue también subcampeón del Aviaman y "estoy empezando ya a ver los frutos del trabajo y a cogerle gusto a seguir entrenando y están saliendo las cosas". Así que ya piensa en su próximo objetivo, que será el campeonato de España de larga distancia, en Salamanca, a finales de junio. También le gustaría acudir a un triatlón en Guadalajara. Por Galicia también planea hacer "muchas travesías a nado para mejorar también la parte de la natación". Siempre hay cosas que pulir, y si es guiado por Gustavo Rodríguez, el éxito está garantizado.