El camino hacia el ascenso a la élite del baloncesto nacional es tortuoso. El Celta Zorka ha vuelto a comprobarlo en sus carnes. Las viguesas perdieron el tercer partido de la fase previa (74-77) contra el Leganés y mañana jugarán la final por el ascenso contra el Campus Promete, campeón del otro grupo.

El Celta torció lo que estaba siendo una tarde tranquila contra las madrileñas. Después de un inicio algo complicado que enderezó Anne Senosiain con tres triples consecutivos, las viguesas llegaron al final del primer cuarto con 22-21 a favor. Pero aquello fue el comienzo de un gran momento de las de Cris Cantero que llegó a tener ventajas superiores a los veinte puntos de ventaja. El partido parecía controlado pero en el tramo final del tercer parcial el acierto exterior del Leganés apretó el marcador (56-49). En esos minutos el cansancio de las viguesas era evidente y el hecho de no poder conceder descanso a Anne Senosiain era un problema añadido.

En el último cuarto las madrileñas siguieron aprovechando el lanzamiento y la condescendencia arbitral que dejó subir su intensidad defensiva sin apenas penalización. El Leganés se puso por delante y el esfuerzo final del Celta fue inútil. El segundo puesta las lleva a un complicado cruce con el Campus Promete, campeón del otro grupo tras vencer con inesperada solvencia a sus tres rivales. Las riojanas habían sido las campeonas del otro grupo de la Liga regular con solo dos derrotas.