La selección española se quedó prácticamente sin posibilidades de acceder a las semifinales del Mundial de Alemania y Dinamarca, al caer por 33-30 ante Francia en un choque en el que nunca logró encontrar la forma de contener el juego del equipo galo. Un problema que no pudieron solucionar ni las sensacionales actuaciones del extremo Ferrán Solé, máximo anotar del partido con once goles, ni las paradas de Arpad Sterbik, que con sus intervenciones hizo soñar al equipo español con repetir la gesta de la semifinal del Europeo.

España nunca logró dotar a su juego de la solidez necesaria para tumbar al gigante francés. Cuando logró defender, fue la ofensiva la que falló, y cuando se aplicó en ataque, careció de la solidez defensiva necesaria. El acierto de Solé no encontró continuidad en defensa, faceta en la que los de Jordi Ribera nunca fueron capaces de controlar los movimientos del pivote Ludovic Fabregas. Y cuando no fueron los goles de Fabregas llegaron los "cañonazos" de N'Guessan.

Con 17-12 surgió la gigantesca estampa de Arpad Sterbik, que con tres paradas consecutivas rescató a los "Hispanos". España igualó la contienda (18-18) apenas iniciada la segunda mitad, un remontada que se vio truncada por la exclusión de Viran Morros (23-19).

Los "Hispanos" se quedaron, incluso, sin el recurso de Solé, que tras anotar sin fallo sus once primeros lanzamientos, en el duodécimo, de penalti, no pudo marcar.

España no se rindió y volvió a hacer soñar con el "milagro" tras situarse a pocos más de dos minutos con sólo dos goles de desventaja (32-30) y posesión de balón. Una posibilidad con la que se encargó de acabar el guardameta Ciryl Doumoulin con dos paradas a Aitor Ariño y Alex Dujshebaev.