Estudios o deporte. Es la encrucijada ante la que se encuentran muchos estudiantes tras completar el Bachillerato. O eso, o irse fuera. Estados Unidos se presenta como una opción que cada vez más eligen los vigueses para no tener que aparcar su carrera deportiva a la vez que prolongan su vida académica. Proliferan las agencias que se dedican a gestionar este tipo de becas, favoreciendo que los universitarios se lancen en busca del sueño americano.

La viguesa María Antonia Sanjurjo, jugadora de hockey y profesora en la Escuela de Comercio, se fue en los años 30 a Estados Unidos para ampliar sus estudios en la Smith College y en la Clark University. En 1935 publicó un artículo en FARO DE VIGO titulado "Las universidades norteamericanas. Crónica de una señorita viguesa". Es quizá la primera referencia de una deportista de Vigo en el entramado académico norteamericano.

Si entonces era inusual que un universitario -y más una mujer- cruzase el charco para estudiar, en los años 90 ya empezaron a darse casos como el de Alba Alonso, que en 1992 se convirtió en la primera jugadora de baloncesto de la ciudad en irse a un college estadounidense. La también jugadora de baloncesto Tamara Abalde se convertía, 15 años después, en la primera céltica en competir en la NCAA.

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El tenista Borja Becerra es otro caso significativo. En 1995 se fue "a la aventura" a Miami. Su intención era convertirse en profesional. Había tenido claro que su futuro estaría vinculado al tenis desde que empuñó la raqueta por primera vez con un año de edad. Una lesión en la espalda truncó su trayectoria, pero volvió a Estados Unidos en una segunda etapa en 2000-2001 convertido ya en entrenador. El suyo es un caso atípico ya que no contó con el asesoramiento y respaldo de una agencia. Tuvo que "buscarse la vida" el solo. "Me saqué el COU en la embajada española", recuerda. "Aquí o te ibas a Barcelona o en Galicia no había instalaciones ni forma de avanzar. Así que me fui a la aventura. Entrenaba seis horas diarias y luego repartía publicidad o daba algunas clases para ganarme algo de dinero", dice.

Aquella inoportuna lesión se cruzó en su camino el curso en el que había obtenido por fin una beca para la Barry University. Hoy dirige una empresa de software y sigue ligado al deporte a través del pádel. "De volver atrás, quizá cambiaría algunas decisiones que tomé en su día pero sin duda que volvería. Viví solo, aprendí, maduré, también me lo pasé bien e hice buenos amigos. Es otro mundo, todo mucho más profesional", indica mientras recomienda la experiencia a todo el que se lo plantee.

Marta González Niño se convirtió en 2017 en la primera licenciada de la agencia VT Sports, una empresa regentada por el gallego Hugo Taracido, socio de Marco Verdasco, primo del tenista profesional Fernando Verdasco. Esta empresa gestiona buena parte de las becas de los deportistas gallegos que deciden emprender el camino universitario en Estados Unidos. "Con 15 años a algunos chicos mayores de mi grupo de entrenamiento de tenis les ofrecieron irse a Estados Unidos. A mí y a mi compañera Gisela Amor nos pareció muy buena idea. Nos empezamos a preparar", dice la viguesa, que logró una beca.

"La experiencia es dura al principio, pero me hizo madurar mucho", reconoce la olívica, que en su primer año estuvo en Florida. "Es algo que le recomiendo a todo el que quiera hacer un deporte en serio y que también quiera estudiar", dice. Ella, tras licenciarse en Biología, hizo un máster en Londres. "El deporte te abre las puertas a una beca en Estados Unidos. No somos tenistas profesionales, pero tampoco amateurs, y es un punto medio que te permite ver hasta dónde puedes llegar. Luego hay gente que se ha dedicado al deporte profesionalmente", apunta.

En este sentido, Hugo Taracido, uno de los fundadores de VT Sports, indica que "España es el cuarto país que más deportistas aporta a las ligas universitarias. Y cada vez son más los que deciden dar este paso. En España aún es complicado compaginar el deporte con los estudios. A veces es duro decirle a tu hijo que se tiene que ir fuera, pero también es una gran experiencia y muy enriquecedora". Él mismo tuvo que irse en 2007 para no verse obligado a dejar de lado su pasión por la raqueta. "En Estados Unidos no le ponen barreras al talento, les da igual de dónde sea. Las ligas universitarias, la mayoría, se retransmiten por televisión y alguna puede tener más espectadores incluso que la NBA, con lo que eso puede llegar a suponer en ingresos publicitarios y derechos televisivos. Eso reinvierte en las universidades y en este estilo de becas. Cuanto más talento se lleven, más dinero van a generar", apunta.

En Estados Unidos se ofrecen becas de 27 deportes. "Deportistas de élite que hayan sido profesionales aún no tenemos en nuestra agencia. Llevamos cinco años y se están graduando los primeros chicos con los que empezamos a trabajar. Lo iremos viendo con el paso de los años", dice resaltando el caso de la nadadora pontevedresa Águeda Cons, que se va en enero. "Por proyección podría ir perfectamente a los Juegos Olímpicos", anuncia. "España es exportadora de talento deportivo en números insultantes y ese talento a veces no vuelve. Durante la etapa de formación se invierte dinero en instruir a deportistas y cuando llega el momento de la verdad dejamos que se vayan. Espero que algún día sea una tendencia que cambie y que los deportistas puedan desarrollar aquí ambas facetas".

"Estudiar en Estados Unidos supone un desembolso de entre 12.000 y 70.000 euros anuales. En función de la nota y del ranking de cada aspirante pueden conseguir una beca mayor", revela Sergio Sánchez, de la agencia W2A Management, que ha tramitado la beca, por ejemplo, de la céltica Nerea Arambarri. "En chicas la beca media es de un 77% (del coste del curso) y en chicos, de un 72%", dicen desde VT Sports.

"Cada vez se van a ir más", anuncia el entrenador de atletas Óscar Fernández. "Ser velocista sin instalación cubierta es sinónimo de lesiones por el clima. El músculo quiere calor y en Vigo no tenemos", añade. Pero quizá la razón principal sean los estudios: "Les resulta imposible compaginar los entrenamientos con exámenes constantes. Me vuelvo loco a veces para que vengan a los entrenamientos dos o tres veces a la semana".

La regatista Ana Carrasco (Real Club Náutico) es otro caso significativo. "Como la vela es un deporte que no forma parte de la NCAA, la beca que me dieron es académica", explica la viguesa, cuyo hermano menor Oleg estudia Bachillerato en Canadá. "En segundo de Bachillerato decidí que quería irme a estudiar a Estados Unidos. No tenía muy claro lo que quería estudiar y como allí el primer año es común tendría más tiempo para decidir. Y además podría compaginar la vela con los estudios". Su elección coincide con otros como la atleta Carmela Cardama (Comesaña Sporting Club), becada en Oregón, la jugadora de voleibol Alma Vázquez (Xuvenil de Teis), los tenistas Simón Arca (CCD Sanxenxo), Clara López (Vistalegre), Marta Rozados, Adrián Fariña o Luis Montull. La atleta Olaia Becerril (AF Celta) emprenderá en agosto ese camino al que aspiran los tenistas Antón de la Puente, Marta Pérez, Carla del Barrio o Laura Álvarez. El sueño americano les espera.