La Federación Gallega renueva parte de su comité técnico en el inicio del cuarto mandato de Isidoro Hornillos como presidente. David Gómez es el nuevo responsable en las modalidades de saltos verticales y pruebas combinadas. Verónica Cores, en saltos horizontales, y Pepe Domínguez, en categorías menores de lanzamientos, son las otras incorporaciones.

Gómez dobla cargo para sustituir a Julio Ventín en combinadas y a Santiago Ferrer en saltos verticales. El rosaleiro elogia a sus antecesores. "Le dieron un vuelco al asunto. Se hizo el Campeonato Gallego de combinadas por clubes, que incentivó bastante. Hay más volumen de atletas. En cuanto a saltos, se han realizado saltos en la playa y saltos en la calle en Pontevedra, Sada y Noia. Ha sido también un avance importante. Se da visibilidad. Los chavales van saliendo"

Una vez que Ventín y Ferrer habían decidido abandonar el puesto, la elección de David Gómez se antojaba ineludible. "Si tiras de currículo, era la decisión lógica", admite. El grupo céltico con el que lleva trabajando en Balaídos durante tres años incluye a los mejores pertiguistas (Bea Viteri, Miguel Cajaraville) y los mejores de combinadas (Eva Queimaños). En salto de altura fue Queimaños la que acudió al Campeonato de España ante la baja de Saleta Fernández.

En su radiografía de la situación gallega, destaca el buen momento de la pértiga masculina con Cajaraville, Tellería y el propio Ferrer. Aprecia, por contra, que no hay herederas inmediatas en mujeres para Viteri. Al fondo asoma Lola Bouza, que en 2017 batió el récord autonómico cadete. En cuanto a las combinadas, elogia a Queimaños. Distingue talento en jóvenes como Alicia Merino, Claudia Rojo o Adolso Sainz-Maza. Pero no hay ninguno que pueda sucederle como olímpico: "Lamentablemente tardará mucho en suceder. Los medios son los que yo tenía, incluso están un poco mejor. Pero tienen que darse muchas casualidades", analiza.

Sobre su carrera como técnico, Gómez se siente en progresión: "Llevo siete años en esto y ha cambiado mucho mi manera de entrenar. Me perfecciono, reajustando mis entrenamientos en base a mi experiencia. Las cosas van evolucionando. Pero siete años es pronto para decir si eres buen o mal entrenador; si mis atletas están ahí gracias a mí o porque son unos portentos".