Pero en el fútbol lo que impera es el resultadismo, siempre es una ventaja ser el tuerto en el país de los ciegos, y en este caso, el inconsistente Barça se mantiene al frente del campeonato de liga después de haber empatado ante el Girona y el Athletic en el Camp Nou y de haber perdido en Leganés, entonces colista del campeonato.

Más allá de Leo Messi y de Marc André ter Stegen, uno marcando goles y el otro evitándolos, el Barça no funciona. Pese a que Valverde tiene más fondo de armario, da la sensación de que no sabe manejar los recursos disponibles y que cuando decide poner en práctica rotaciones, tiene que deshacer sus planes ante el resultado negativo.

La realidad es que el Barça encaja demasiados goles. Lo denunció Leo Messi: "Tenemos que hacernos más fuertes defensivamente. No puede ser que recibamos goles todos los partidos. Veníamos de un año donde era muy difícil hacernos gol y ahora pasamos a este año que a la mínima nos convierten".

Y así los partidos se ponen siempre cuesta arriba. La pareja de centrales titular (Piqué, Umtiti) da síntomas de agotamiento en el primer mes de competición, Lenglet apenas tiene minutos y Vermaelen, el cuarto central, solo ha actuado para darle descanso a Jordi Alba en el lateral izquierdo.

En la media, Busquets acumula demasiados minutos y cuando Valverde le da descanso, el equipo se resiente. En esta posición, Coutinho es tan creativo como poco fiable en el repliegue; Arthur apenas cuenta, Arturo Vidal juega testimonialmente, y delante, Messi al margen, los otros dos titulares: Suárez y Dembélé, son irregulares.

A Luis Suárez históricamente le cuesta arrancar cada temporada y Dembélé, después de salvar al equipo en Valladolid y en San Sebastián y marcar en la Supercopa de España, es muy intermitente.

Lo del Barça es un problema de equilibrios, de encontrarlos atrás y en la medular; y de puntería, porque pese a su fútbol está lejos de su mejor versión, el sábado ante el Athletic estrelló dos lanzamientos en los postes y pudo llevarse perfectamente el partido.

A todo ello se suman las dudas en Valverde. El técnico quedó señalado el año pasado, después de la eliminación en la Champions ante el Roma y los últimos resultados del equipo alimentan las sospechas sobre el futuro del entrenador.

El discurso de puertas hacia fuera del club es sobre la continuidad y el técnico tiene de tiempo hasta el próximo marzo para anunciar sus planes de continuidad. "Es la fecha ideal, para entonces ya debemos saber qué pasa de cara a la temporada que viene", dijo recientemente el presidente Josep Maria Bartomeu, en una entrevista radiofónica.