La puesta en marcha de otra edición de la Liga de Campeones, que empieza a funcionar mañana, supone una nueva amenaza al reinado europeo del Real Madrid, ganador de las tres últimas ediciones, cuatro en el lustro reciente. El conjunto blanco acapara el dominio evidente del fútbol español en la máxima competición de clubes. En estos cinco años, el póquer de éxitos madridista se completa con el triunfo que consiguió el Barcelona en la campaña 2014-2015, cuando el equipo azulgrana sumó su quinto y, hasta ahora, último trofeo.

En el poder de LaLiga en Europa contribuye también el Atlético, finalista en dos de estas ediciones recientes, en las que sucumbió, a última hora, frente al Real Madrid.

La terna española forma parte de la relación de aspirantes para la temporada venidera. El campeón pretende ensanchar la historia de la competición. El Barcelona enmendar el aspecto gris que ha arrastrado en los últimos cursos y el Atlético conseguir un título del que adolece su palmarés. Del que ha estado cerca y que ha terminado por convertirse en una obsesión y una cuenta pendiente. La final será en el Wanda Metropolitano, un aliciente más para los rojiblancos.

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Nuevos tiempos amenazan a una competición que opta por actualizar horarios -algunos partidos a las 19.00 hora CET y otros a las 21.00-, que echará a andar mañana y que tendrá su destino último el 1 de junio del 2019 en Madrid.

Los cambios, la reconstrucción y los refuerzos entre los protagonistas animan un año más a los aspirantes habituales, que acometen su participación en el torneo con las aspiraciones intactas.

La marcha de Cristiano Ronaldo y de Zidane, determinantes en los éxitos recientes del campeón invade de incógnitas el futuro competitivo del Real Madrid, incapaz de compensar la fuga del luso con otro futbolista galáctico. Con Julen Lopetegui a la cabeza el plantel blanco se ha tenido que recomponer y adaptar su fisonomía a la ausencia del máximo goleador de la competición.

La marcha de Cristiano al Juventus dispara, por contra, las expectativas sobre el campeón italiano, considerado ahora como uno de los serios aspirantes al éxito final. Tiene todo lo necesario ahora el grupo de Maximiliano Allegri, el equipo que más finales ha perdido a lo largo de la competición.

Igual que el Barcelona, que no ha reservado esfuerzo alguno para potenciar más aún una plantilla que lidera Leo Messi y que tiene entre ceja y ceja la Champions de la que salió en las últimas ediciones de forma prematura y sin poder sobrepasar los cuartos de final.

El Atlético considera que está en el momento adecuado para triunfar en la Liga de Campeones. Salir ganador del último partido, en su estadio, el Wanda Metropolitano, es el objetivo. El plantel de Diego Pablo Simeone se ha reforzado notablemente. No disimula su ambición el club madrileño, considerado ya como un tradicional aspirante. Campeón de la Liga Europa y flamante vencedor de la Supercopa Europea, la Champions forma parte de su propia exigencia.

También de la del París Saint Germain, otro que no contempla sus cuentas a la hora de invertir en verano. Con el alemán Thomas Tuchel como director de orquesta pretende rentabilizar el asentamiento de Neymar y la madurez de Kylian Mbappé.

La condición de finalista del Liverpool en Kiev ha devuelto al mapa continental a Inglaterra, aunque las miradas se centran en el Manchester City de Guardiola. Entre los pretendientes habituales se mantiene el Bayern y el regreso de históricos como el Inter, el Estrella Roja, el Ajax, el Brujas o el Lokomotiv.

La Liga de Campeones echa a andar mañana con los duelos de uno de los cuartetos más equilibrados de la fase de grupos. El Inter recibirá al Tottenham, mientras el Barcelona espera al PSV. Ambos están previstos para las 19.00 horas.

El miércoles, el Manchester City juega de local contra el Lyon y el campeón, el Real Madrid, recibe en el Bernabéu al Roma. Cristiano, máximo anotador de la competición, volverá a España, para jugar contra el Valencia.