El Celta B salió victorioso del duelo vigués en O Vao. La pegada de 'Manolito' Apeh desequilibró la balanza y le dio tres puntos al Celta B que le encaraman a la segunda posición. El derbi respondió a lo que se esperaba de dos equipos que marchan en la zona alta de la clasificación. Buen juego, presión, intensidad, ocasiones y oportunismo.

Salió mejor el Coruxo, presionando de medio campo hacia arriba y no dejando que los célticos salieran con el balón controlado. No hubo excesivas ocasiones de gol, pero Silva la tuvo muy pronto. La realidad es que a pesar de la presión del Coruxo, el Celta B se encontraba cómodo en las labores defensivas, sin pasar excesivos agobios y tratando de salir a la contra.

El encuentro se fue equilibrando a medida que pasaban los minutos. El Coruxo ya no presionaba con tanta intensidad y el filial celeste comenzaba a estirarse. Los dos conjuntos buscaron de forma continua la portería contraria. A los veinte minutos el conjunto de Rubén Albés mandó el primer aviso, con un balón a la espalda de la defensa de Dani Molina al que no llegó Apeh por muy poco. Las ocasiones iban de un área a la otra a gran velocidad, pero nadie era capaz de marcar el primer tanto.

El paso por el vestuario no le sentó bien al Coruxo. Albés recolocó a sus jugadores sobre el campo y el filial mejoró sus prestaciones. Así llegó el primer gol de la tarde, que al final sería definitivo. Un disparo desde la frontal rebotó en la espalda del propio Apeh con la fortuna de que el balón le quedó en una posición perfecta al nigeriano para fusilar a Alberto.

Los jugadores del Coruxo tocaron arrebato. Jacobo Montes refrescó el medio campo, y poco a poco el filial retrasaba líneas permitiendo que el Coruxo tuviera la total posesión del balón. Samanes tuvo la ocasión más clara tras un saque de esquina, saliendo su balón fuera por muy poco. En el último minuto de juego, el Celta B se quedaba con un hombre menos tras la expulsión de Alberto Solís por una fuerte entrada por detrás a Mateo Míguez. Fueron momentos de intensidad y emoción ya que podía llegar el empate, pero también podía llegar el segundo del Celta B, que buscaba un robo para poder salir con velocidad.