Rafa Sáez, entrenador del Coruxo, indicaba en sala de prensa que "no queda otra que levantarse y pensar que el siguiente paso es el Cerceda y tenemos que poner todas nuestras capacidades y atención porque es un partido a vida o muerte". Sobre la jugada polémica, el entrenador del Coruxo dijo que "es claro que fue una jugada que marcó el partido, porque si estamos hablando de un partido que ya de por sí estaba cerrado, por las condiciones del campo, la trayectoria de los dos equipos, ellos porque llevaban cinco jornadas sin marcar y nosotros por las dos derrotas, era un partido que caminaba sin mucha presencia en las áreas. De repente, encontrarse con una pena máxima que viene precedida de una señalización de fuera de juego del linier, y que aún así se señala como tal, el partido se pone lógicamente en una situación delicada. No es por el hecho de encajar el gol, sino por el hecho de quedarte con un jugador menos por expulsión y, por lo tanto, la dificultad se multiplica. Lo intentamos en la segunda mitad, y la verdad es que sabíamos que todo pasaba por no encajar un segundo gol. Evidentemente, una vez que encajamos el segundo tanto el partido quedó cerrado y ya no hubo nada más que contar".