El Arosa tiene hambre de play off, de lucirse en un marco como es la fase de ascenso a la 2ª B y lo demostró ayer sobre el césped de A Lomba, donde realizó una primera parte primorosa en la que barrió a un Boiro que queda prácticamente eliminado de esa lucha. Los arlequinados fueron un ejemplo de implicación, de intensidad y de equipo, ante un rival que es una colección de individualidades ilustres del fútbol gallego pero que, a nivel colectivo, deja bastante que desear.

Desde el pitido inicial, el Arosa mostró sus armas, presión intensa al rival, con continuas ayudas para robar cuanto antes el balón, y verticalidad máxima para explotar la velocidad de Sylla y el olfato de Javi Pazos. En la antesala del primer gol, el Arosa gozó de una doble ocasión muy clara. Primero en los pies de Yerai Couñago, que aprovechó un balón a la espalda de los centrales para plantarse ante Miguel y superarlo con un sutil toque de balón, pero la pelota se acabó estrellando en el palo. Tan solo un minuto después, un córner al primer palo terminó con un remate de espuela de Javi Pazos que se estrelló en el poste.

Con todo perdido, Víctor Santos, técnico del Boiro, decidió introducir más movilidad y velocidad en su delantero, dando entrada a Cano. Sin embargo, los visitantes seguían cayendo en los mismos errores que en la primera mitad, perdiendo balones en zonas muy peligrosas para su defensa. Así ocurrió en el minuto 50, lo que permitió a Julio Rey internarse en el área y ceder el balón a Javi Pazos, que lo acabó estrellando en Miguel.