Después de protagonizar la gran campanada en la ronda de cuartos de final de esta edición de la Copa del Rey eliminando al Amiab Albacete (actual líder invicto de la liga regular), el Amfiv tenía en semifinales otro reto mayúsculo, de esos que le gustan al conjunto de César Iglesias. Porque tras haber ganado en cuartos al máximo candidato al título, los vigueses tenían que pelear por una plaza en la final ante el vencedor de las siete últimas ediciones del torneo copero, el Ilunion madrileño. Y el equipo de los milagros soñó con otro más para su particular colección esta temporada durante algo más de 15 minutos. Los que fue capaz de plantar cara a un rival con un increíble potencial, dominador absoluto del baloncesto en silla de ruedas nacional en las últimas campañas y campeón de las dos últimas ediciones de la Copa de Europa.

A los vigueses les tocó medir fuerzas en cuartos con el rival que nadie quería, el máximo candidato a romper la hegemonía de Ilunion las últimas siete ediciones, el Amiab Albacete. Y, como siempre, los pupilos de César Iglesias dieron la talla sobradamente y, aun conscientes de la diferencia de potencial entre ambos conjuntos, mantenían viva la ilusión al intermedio (32-28, min.20) y conseguían lo imposible en un agónico final de partido. Cuatro tiros libres consecutivos anotados por Envó y la necesaria dosis de fortuna en la última acción, en la que los albaceteños dispusieron de tres tiros para haberse hecho con la victoria, confirmaron el milagro del Amfiv. Otro más para la colección.

Su siguiente cita era ya en el Polideportivo El Plantío ante el Ilunion, que en su encuentro de cuartos de final se había deshecho con solvencia del Rincón Fertilidad Amivel (82-49).

Unos sensacionales diez minutos iniciales, con Envó inspiradísimo desde la línea de 6,75, consiguiendo dos triples para un total de 8 puntos, y Zavala y Alejos a un gran nivel de acierto en ataque también, permitían al Amfiv no sólo sobrevivir al gran comienzo de Bywater si no incluso cerrar el parcial por delante (24-19, min.10). El sueño parecía posible porque los vigueses resistían el intercambio de canastas (33-31, min.15). Sin embargo, un parcial de 0-9 empezaba a complicar las cosas (33-40, min.17) aunque el conjunto de César Iglesias se agarraba al partido con una canasta de Zavala. Desgraciadamente, en un intento de contraataque para acabar de enganchar de nuevo al choque a los suyos, el mexicano rompió el amarre de su silla y se tuvo que ir al banquillo para arreglarlo. Ilunion vio la puerta abierta y la cerró de un portazo. Entre Latham y Alejandro Zarzuela firmaron un parcial de 0-8 que ponía el 35-48 al intermedio.

Tocaba otra machada histórica en la segunda parte. Pero el Amfiv pagó el tremendo esfuerzo realizado apenas horas antes. El conjunto vigués regresó a la pista aún pensando en lo sucedido en la recta final de la primera parte y encajó otro parcial de 0-8 para un total de 0-16 antes de que César Iglesias solicitase tiempo muerto para tratar de revivir a un equipo tocado (35-56, min.23). Ni el minuto con su técnico sirvió para arreglar la situación. Los vigueses estaban en caída libre y el parcial se cerró en un demoledor 0-22 (2-31 desde que el Amfiv había empezado a dar síntomas de flaqueza), dejando la semifinal totalmente vista para sentencia (35-62, min.25).

Lo peor es que aún quedaban muchos minutos por delante y los brazos y la mente de los jugadores de César Iglesias ya no respondían como por la mañana. Ante un rival como Ilunion eso se paga caro. Porque los madrileños, aunque repartieron minutos entre su amplísima plantilla guardando ya fuerzas para la final, no bajaron el nivel en ningún momento ante un Amfiv hundido física y anímicamente.

Ahora, como ya sucedió el año pasado en Oviedo, los pupilos de César Iglesias tienen que recuperarse para pelear hoy, a partir de las 9.45 horas, por añadir un nuevo tercer puesto a su palmarés. Una medalla de bronce con la que, a priori y tras el emparejamiento de cuartos de final con el Amiab Albacete, pocos o nadie contaba y que, una vez digerida la obligatoria decepción por no clasificarse para la final, tendrá un extraordinario valor para un equipo que sigue haciendo historia.