- Si con solo seis jugadores son cuartos, ahora que llegan dos más...

- Vamos a ser cuartos también. Badajoz también se refuerza. Ilunion tendrá que hacer algo o rodarán cabezas en breve. Nosotros, a disfrutar y tener un pelín de suerte en los cruces de la Copa del Rey.

- Estará orgulloso de lo que ha sucedido durante estos dos últimos meses. No sé si incluso más que de la conquista de la Challenge Cup.

- Ganar un título era una espinita que teníamos clavada. Y es un mérito deportivo. Pero esto es ya personal. Para los jugadores, lo fácil y lógico era haber bajado los brazos. Sabiendo que iban a ser cinco o seis hasta enero, podrían haberse limitado a ganar a Getafe y Sevilla, los más asequibles, para no meterse en el agujero. Y ya arreglarían la temporada después. Pero han peleado como jabatos. Me siento orgulloso. Es síntoma de que están muy identificados con el club.

- Todos han dado la cara.

- Siempre decimos que queremos jugadores que sientan el club como suyo. Loren, Agus o Shelley, que ya es como de casa, se lo toman así. Zavala es un fenómeno. Y Frank, recién llegado, viniendo a sustituir a Abdi, se ha comportado como un jabato más?

- Destaca usted a Comesaña.

- Ya estaba más pensando en la retirada y en realizar otras funciones dentro del club. Se había desenganchado de la dinámica del primer equipo. Y no solo ha ido a echar una mano y entrenar. Ha jugado tres partidos y se ha salido. El compromiso queda demostrado.

- Año extraño este 2017.

- En lo que atañe al primer equipo, ha sido de las mejores temporadas del club, si no la mejor. Institucionalmente me queda el sinsabor de haber tenido que cerrar el filial por un tema puramente económico. Es mi parte. Aquí todo el mundo está luchando, está peleando al 300% y yo, que tengo que conseguir pasta y la viablidad del club, no lo estoy consiguiendo. Me queda ese sabor agridulce. Parece que soy el único que no está cumpliendo.

- Y se preguntará por qué.

- Nuestros logros deportivos nos están abriendo muchas puertas. También hemos cambiado nuestros dosieres en la forma de abordar a las empresas y está funcionando. Nos hemos reunido con varias. Aparentemente están interesadas. Pero no somos capaces de cerrar nada. No sé si es que no somos tan atractivos como pensamos. Es la duda que se nos genera. En enero retomamos conversaciones con tres empresas. Esperamos darnos alguna alegría y que sea una inyección de moral. Es ya por los jugadores. Me lo dicen en broma, pero también en serio: "Damos el callo, ahora te toca a ti".

- Sin patrocinadores, la viabilidad está en entredicho.

- El Amfiv, como lo conocemos a día de hoy, está muerto. Le queda esta temporada y con un poco de suerte la que viene. Ahora estamos trabajando en el tema de la fundación, que esperamos presentar a finales de enero o principios de febrero. Las escuelas, los torneos de integración, las visitas a los colegios y toda la labor social pasará a la fundación para que todo eso no se pierda si algún día tenemos que cerrar el club.

- Construyen los equipos sobre la gente de casa. Pero Costas se ha retirado, Envó va cumpliendo años, Alejos y Cronau acabarán mudándose a Australia?

- Es un problema doblemente gordo porque se nos junta con lo económico, al tener que traer gente de fuera. Sabemos que lo vamos a sufrir en tres o cuatro años. Estamos potenciando las escuelas deportivas. Seguimos los sábados y empezamos lunes y jueves. Y a partir de enero montaremos un grupo de trabajo más específico con cuatro de esos jugadores, preparándolos ya de cara al año que viene. Trabajamos mucho en la cantera y cada día más. Al no tener el filial, el salto de escuelas al primer equipo es enorme y queremos que no se note mucho.

- ¿Vigo es justo con lo que el Amfiv entrega deportiva y socialmente?

- Yo creo que no. Sí a nivel institucional. Nos tratan como a un club de élite más. Falta por reconocer nuestras particularidades. Un club normal, entre comillas, siempre tiene una cantera detrás, que te da volumen de gente, masa social? Nosotros no podemos tener 200 niños de cantera y espero que nunca los tengamos; significaría que existe un problema social muy grande. Pero tenemos muchas particularidades que no se valoran. El dinero que recibimos no solo se destina al primer equipo, sino a que todos los niños puedan hacer deporte gratis, que a nadie le cueste dinero que su hijo con discapacidad haga deporte en la ciudad. Organizamos torneos de integración y visitas a colegios. No le cobramos cuotas a la gente y se les da material, ropa y a cada persona que entra por la puerta una silla que cuesta entre 2.500 y 4.000 euros. Las escuelas no paran de crecer. Llevamos recibiendo las mismas subvenciones durante los últimos ocho años y la liga ha cambiado mucho. Ha pasado de amateur a ser profesional. Solo el gasto en salarios se ha disparado un 45%. Pero en líneas generales estamos bien institucionalmente.

- ¿Y a nivel privado?

- En Vigo no hay cultura de apoyo al deporte. A todos los equipos nos pasa los mismo. De las seis empresas que me han emplazado a enero para intentar apoyarnos solo una es de Vigo. Tal vez no interese nuestro producto, pero creo que es más un problema de cultura del patrocinio. No se saben ver los beneficios de una colaboración con un club como el nuestro.

- El director general del Celta, Antonio Chaves, habló abiertamente del proyecto de balonmano que estuvieron cerca de sacar. ¿A usted le convendría que el Celta se implicase más con los otros clubes?

- Todo depende de lo que el Celta pida a cambio. Hace un tiempo se vio la posibilidad de que cobijasen a una serie de clubes de la ciudad, aunque yo nunca tuve contacto directo con ellos. Se nos contó por medio de un interlocutor que el Celta llevaría directamente las riendas. No nos convencía. Fue un simple comentario. Pero sí que habría fórmulas. Nosotros lo hemos intentando a través de la Fundación y nunca hubo acercamiento. No les supondría nada echar una mano a los clubes ahora que están en buen momento, con superávit, y tienen ayudas de la administración. Otros clubes no tenemos esa facilidad para conseguir lo que nos proponemos, no ya por dinero, sino por repercusión. Podrían hacer más, pero son una empresa privada y ellos deciden en qué gastan su dinero.