El Rápido de Bouzas se ha convertido en tan solo tres semanas en un icono del fútbol gallego. Tres partidos del play off de ascenso en donde el equipo entrenado por Patxi Salinas no ha encajado ni un solo gol, haciendo siete, cuatro de ellos en el partido de vuelta de la primera eliminatoria ante el Cayón.

Es por ello que el partido de mañana sábado en el campo de O Vao, a partir de las 18.30 horas y con las cámaras de la TVG en directo, centra la atención de todos los aficionados al fútbol, pues el cuadro aurinegro podría convertirse en finalista y colocarse a ciento ochenta minutos de lograr un ascenso histórico a la división de bronce del fútbol nacional, en donde hay otros dos equipos de la ciudad.

Evidentemente ningún partido en una fase de ascenso como esta es fácil. Los canarios tienen que venir al Baltasar Pujales a marcar, ya que otro resultado no les vale. Una situación similar a la de hace quince días, cuando el Cayón visitaba Bouzas y se llevó cuatro. Aquel fue un partido en donde el Rápido de Bouzas fue de menos a más, mostrando su mejor fútbol en el momento en el que dejó los nervios en el vestuario y se preocupó más de hacer su fútbol.

Jugadores y cuerpo técnico del Rápido saben que mañana tienen que hacer lo mismo que frente al cuadro cántabro. Los canarios son los que deben tomar riesgos, y el domingo pasado en Los Olivos se pudo comprobar que cuando eso ocurre dejan muchos huecos atrás, facilitando el trabajo ofensivo del Rápido. Posiblemente, el mayor error de los jugadores de Patxi Salinas fue no sentenciar el partido, pues la sensación que dieron durante los noventa minutos de juego, fue que cuando quisieron pusieron en serios aprietos a los canarios, manejando a su antojo el encuentro.

Otro aspecto a tener, también, muy en cuenta, es el terreno de juego. Los Olivos es un campo hecho a medida del Villa de Santa Brígida, de césped artificial y con una excesiva cantidad de caucho, lo que provocaba que el bote del balón fuera inesperado, con unas desviaciones impropias de cualquier campo. Una situación que únicamente beneficiaba al cuadro canario, que lleva toda la temporada entrenando y jugando allí.

A lo largo de toda la semana, jugadores y cuerpo técnico del Rápido de Bouzas solamente manejaron una palabra, que no fue otra que la de concentración. Son conscientes de que tienen en la mano el pase a la final y aunque no deben arriesgar, tampoco deben esperar y dejar que sean los canarios los que manejen el encuentro.

El club quiere que el Baltasar Pujales vuelva a ser una fiesta. Hace quince días, ante el Cayón, el campo estaba prácticamente lleno, y esa circunstancia fue clave para que en los momentos claves del encuentro el equipo diera un paso al frente para sentenciar la eliminatoria. Se mantienen los precios que rigieron en el encuentro ante el cuadro cántabro, doce euros para el público general, juveniles y socios cinco euros y los grupos de peñas diez euros por persona.En Gran Canaria, el Villa de Santa Brígida continúa apelando a su "mejor calidad futbolística para eliminar a un adversario al que resulta complicado marcarle un gol". Dos maneras muy diferentes de ver el fútbol, cuando el cuadro boucense manejó el encuentro a su antojo y sin grandes apuros.

Desde luego, las manifestaciones que llegan desde las islas no han gustado nada en el seno del cuadro boucense, que quieren demostrar sobre el terreno de juego la superioridad mostrada la semana pasada en el partido de ida en Los Olivos. Un resultado, el 0-1, que se antoja corto para el juego desarrollado por los jugadores entrenados por Patxi Salinas.