Los abonados del Celta han acogido con inquietud y malestar, y en varios casos con indignación, el anuncio de la reubicación de unos quinientos socios de la grada de Río debido a las obras para el partido de la Europa League que se disputará el próximo jueves en Balaídos contra el Panathinaikos (19.00 horas). Ante la remodelación que se lleva a cabo en el estadio y el riguroso protocolo que impone la UEFA, el club se vio obligado a habilitar una zona para prensa en Río Alto, con la ocupación de unos cien asientos. A estos tendrá que añadir otros cuatrocientos en Río Bajo para montar un palco provisional y una zona reservada para los patrocinadores de este torneo europeo. El club, por su parte, está a la espera de que la UEFA apruebe el sistema de alumbrado del estadio tras el informe enviado al organismo deportivo europeo en el que se recoge que Balaídos no alcanza "por muy poco" los parámetros de luminosidad exigidos en estos partidos internacionales.

La alarma sobre una nueva reubicación de socios en Balaídos, tras la sufrida por los abonados de la antigua Preferencia y de Tribuna, se produce después de que el Celta anunciase que se ve "obligado" a recolocar a quinientos abonados de Río "a fin de cumplir las demandas de la UEFA". Uno de los requisitos exigidos es que el club ofrezca una zona reservada a palco y patrocinadores en un graderío cubierto. Las obras que continúan en Tribuna obligan a utilizar la grada de Río para tal fin. En las demandas también se incluye un espacio reservado para la prensa escrita con pupitres en el mismo graderío.

El club evitó dar detalles ayer de los asientos que están afectados por estas medidas, aunque todos ellos tendrán que estar situados en la zona central de Río, tanto en la parte inferior como en la superior. Desde Plaza de España sí aseguraron que habían comenzado a comunicarse con los abonados afectados por este plan de reubicación. Algunos socios consultados por este diario no habían recibido todavía ninguna información al respecto por parte del Celta, con lo que al malestar de los que ya son conscientes de que se tienen que "mudar", se añade la incertidumbre de los que aún desconocen cuál será su situación. Al club ya comenzaron a llegar ayer las primeras reclamaciones formales de algunos afectados que se sienten perjudicados después de pagar su abono para un asiento que ahora no pueden ocupar. Desde el club aseguraron ayer no tener constancia aún de quejas formales ni de solicitud de bajas por parte de los abonados.

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Otra de las quejas de los aficionados es que no se pueden adquirir entradas para el partido Celta-Panathinaikos a través de la taquilla online de la página web del Celta, que justificó el retraso de estos trámites en los protocolos que impone la UEFA y que hasta el lunes no se pondrán en marcha.

Un día después, el martes, el Celta tendrá que entregar el estadio al organismo que organiza las competiciones europeas. La UEFA se hará entonces responsable de las instalaciones durante cuatro jornadas.

Vestuarios

Entre otras exigencias, el club tendrá que ampliar la capacidad de la sala de prensa, con un mínimo de cincuenta sillas. La zona mixta, por donde pasan los jugadores que son requeridos por los medios de comunicación, también necesitará una pequeña reforma. La UEFA quiere delimitar cuatro zonas: para las televisiones con derecho de retransmisión del partido, para el resto de canales, para las emisoras de radio y para la prensa escrita.

La visita del Panathinaikos a Balaídos -el equipo griego participó en 1971 en la primera edición del trofeo Ciudad de Vigo- incluirá algunas novedades más en Balaídos como el estreno de los vestuarios, bajo la nueva grada de Tribuna, donde se ha comenzado a instalar la cubierta, y se abrirá por primera vez el acceso de los equipos al campo por la zona central de esta gradería en construcción. Así, el túnel que comunicaba con los antiguos vestuarios, situado detrás de la portería de la grada de Gol, será clausurado en los próximos días para que Balaídos vuelva a recibir a los jugadores por la parte central, como antes de que se acometieran las reformas del estadio para albergar los partidos del Mundial de 1982.

Riesgo de sanción

Y mientras desde el Ayuntamiento de Vigo se señala que todas las instalaciones de Balaídos se ajustan a la normativa de la UEFA, la auditoría realizada sobre el estado de Balaídos, que ha sido enviada ya al organismo europeo, revela que la instalación eléctrica del estadio "está un poco por debajo" de los parámetros que exige la UEFA. El lunes o el martes se conocerá el informe del estamento deportivo europeo sobre este asunto. El Celta confía en que se acepten las condiciones de luminosidad actuales del estadio vigués. De lo contrario, el Celta se expone a una multa e incluso a una sanción deportiva, la cual incluso podría suponer la pérdida de los tres puntos que se juega ante el Panathinaikos.