Katinka Hosszu y Katie Ledecky mantienen su duelo por convertirse en la reina de la piscina. Ayer ambas sumaron un nuevo oro a su cosecha. Katinka Hosszu se mostró intratable tras colgarse su tercera medalla de oro al imponerse en la final de los 200 estilos con un tiempo de 2:06.58, nuevo récord olímpico.

Hosszu, que ya logró la victoria en los 400 estilos y en los 100 espalda, no necesitó, ni tan siquiera, batir el récord del Mundo que ella misma posee desde el pasado año con un tiempo de 2:06.2, para alzarse con un triunfo que sólo la británica Siobhan-Marie O'Connor se atrevió a discutir.

Por su parte, la estadounidense Katie Ledecky se colgó su segunda medalla de oro en Río al vencer en la final de los 200 libre con un tiempo de 1:53.73.

Un triunfo que permite a la joven estadounidense, de tan sólo 19 años, dar un nuevo paso, posiblemente el más complicado, en su intento de emular a su compatriota Debbie Meyer que se impuso en los 200, 400 y 800 libre en los Juegos de México en 1968.

Para ello, Ledecky tuvo que tirar de carácter para poder resistir el último ataque de la nadadora sueca Sarah Sjostom, que pese a recortar en cinco centésimas la ventaja con la que Ledecky entró en el último largo, no pudo evitar la victoria de la norteamericana y debió conformarse con la plata.

Mientras que el bronce para la australiana Emma Mckeon, que se subió al último escalón del podio con un tiempo de 1:54.92, tras superar a la italiana Federica Pellegrini, la plusmarquista mundial, que concluyó cuarta y fue la gran derrotada de la noche.