La clave de la derrota de ayer del Club Vigo Voleibol en Leganés fue la lesión, en la mitad del primer set, del receptor vigués Pablo Penedo. No tuvieron la suerte de cara los vigueses en este encuentro, ya que además los colegiados madrileños colaboraron en la derrota olívica.

El primer set comenzó con los dos equipos muy metidos en el partido y los empates eran los que reinaban. Pero a partir del empate a 14 puntos se produjo la lesión de Pablo Penedo, que dejó descolocados a todos y los cambios no dieron sus frutos, lo que significó que los locales se fuesen en el marcador por cuatro puntos que a la postre serían los que les proporcionarían el primer set. Penedo ya no volvería a la cancha.

El segundo set comenzó con el conjunto vigués ya más metido en el partido, tratando de sobreponerse a la lesión de su compañero. Los vigueses no se rendían en ningún momento lo que hizo que los locales no estuviesen cómodos en ningún momento y sobre todo no pudiesen despegarse en el marcador. Después de las primeras ventajas locales los vigueses se rearmaron y consiguieron empatar el set casi al final, 22-22 y a partir de ese momento hicieron las cosas bien como para vencer no sin cierta dificultad y empatar el partido.

Después del empate a 6 puntos en el tercer parcial, comenzaron los fallos de los colegiados que colaboraron a que los locales terminasen el set por un claro 25-11. El cuarto comenzó con una pequeña ventaja para los vigueses que se marcharon por tres puntos, 7-10. A partir de ese momento los locales comenzaron a luchar y, gracias también a la ayuda de la pareja arbitral, pudieron empatar a 15 puntos. Los visitantes comenzaron a encoger el brazo y a no tomar responsabilidades y acabaron perdiendo.