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Demasiado castigo para el Celta

Paga su falta de rigor defensivo con una goleada que redime a un Valencia tan necesitado como eficaz

Dos gruesos desajustes defensivos en un minuto y medio fatídico condenaron al Celta a la mayor goleada de la era Berizzo en un duelo en que faltó rigor y sobró actitud. Encajó el conjunto vigués su segunda derrota del curso ante un Valencia eficiente, que encontró un filón en las facilidades que le concedió la zaga celeste y mostró una pegada formidable. Fiel a su inveterada costumbre de dar aliento al necesitado, el conjunto vigués cometió errores defensivos de todo color: concedió el primer gol en un mal ajuste de la presión, propició el segundo con una falta prescindible que Parejo, el hombre del partido, ejecutó de modo inapelable un minuto antes del descanso, y regaló el tercero con una asistencia de Jonny a Alcácer nada más reanudarse el choque. El cuarto, obra también de Parejo, y el quinto, un cabezazo de Mustafi, llegaron por inercia, con el Celta volcado hacia el portal de Jaume en busca de una remontada que nunca llegó.

de nuevo a remolque

Por tercer encuentro consecutivo, se vio el Celta obligado a navegar contracorriente por un gol tempranero. Al equipo celeste le cuesta últimamente entrar en los partidos y fue el Valencia el que golpeó primero en el primer error defensivo: Parejo aprovechó un desajuste en la presión del Celta para servir el balón a Paco Alcácer, que se libró fácilmente del holgado marcaje de Fontás y definió con finura ante Sergio (minuto 12).

La fiesta del córner

El tanto de Alcácer despertó al Celta, que comenzó a ganar terreno en el medio del tablero y comenzó a ganar el área de Jaume cada vez con mayor facilidad. A partir de minuto 20, los celestes cercaron la portería blanquinegra, aunque con ciertas dificultades para finalizar las jugadas, que se estrellaban una y otra vez contra la poblada zaga rival. Hasta siete córners llegó a lanzar el conjunto de Berizzo en menos de un cuarto de hora y en uno de ellos encontró el camino del portal valenciano. Lo botó bombeado Nolito desde la izquierda, el Tucu la puso de cabeza al cogollo del área, Wass la peinó hacia atrás y Augusto la remachó en el segundo palo con un testarazo. Segundo gol de estrategia de la temporada y el primero en el que intervienen los tres hombres de la línea medular céltica. Por cierto que en pleno festival del córner Jaume sacó dos tiros olímpicos a Nolito.

polémica

Tras anular correctamente un gol ilegal al Tucu Hernández por fuera de juego, Vicandi Garrido cometió un error de novato que perjudicó gravemente al Celta. El árbitro vasco no concedió la ley de la ventaja tras una falta muy grosera de Javi Fuego, el último hombre del Valencia, al jugador tucumano y anuló a continuación un gol a Wass, que se limitó a finalizar la jugada. La decisión del colegiado de parar el juego y anular el gol habría estado justificada si hubiese expulsado a Fuego, pero Vicandi se limitó a despachar la acción con una simple tarjeta amarilla que no convenció a nadie.

minuto y medio fatídico

Los esfuerzos del Celta por meterse en el partido cayeron en saco roto en un minuto y medio fatídico entre el minuto 44 del primer tiempo y el 45 y medio, nada más reanudarse el partido tras el descanso. La hecatombe se inició con peligrosa falta de de Hugo Mallo al borde del área que Parejo ejecutó de modo magistral, sin opción para Sergio. Un gol psicológico a un minuto del intervalo que el Valencia rentabilizó al máximo nada más reanudarse el choque con un inesperado obsequio de Jonny, que quiso retrasar el balón a Sergio y acabó asistiendo a Alcácer, que resolvió con frialdad el mano a mano con el cancerbero céltico.

reacción y sentencia

Un de los rasgos que distinguen a este Celta es su capacidad de presentar batalla ante la adversidad. Lo hizo frente al Madrid y la Real Sociedad y lo repitió ayer en una situación muy complicada frente al Valencia. El conjunto vigués se estiró y rondó el gol en par de ocasiones pero entre Jaume y la defensa consiguieron conjurar a duras penas el peligro. La reacción celeste cayó sin embargo en saco roto, pues cuando parecía que el Celta podía meterse en el partido los de Nuno fabricaron el cuarto, que también llevó el sello de Parejo, en una contra que pilló a la zaga céltica a contrapie. El quinto llegó no mucho después por inercia, en otra acción mal defendida que Mustafi aprovechó para redondear la faena. Incluso con cinco en contra, el Celta lo siguió intentando y la afición premió su esfuerzo con una merecida ovación.

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