De Vigo a Liverpool, de Liverpool a Sevilla y de nuevo a la ciudad olívica. Ese fue el periplo de Iago Aspas en las dos últimas temporadas. Dos años en los que el delantero moañés y uno de los ídolos del celtismo señalan que conoció "el lado más duro del fútbol". Ahora es uno de los referentes del equipo vigués. Tiene 28 años y está llamado a liderar un proyecto que tiene como aspiración consolidar a los celestes en el ´top ten´ del fútbol nacional.

Su experiencia en Liverpool fue testimonial. Sólo un gol en toda la temporada y muy pocos minutos por el excelente estado de forma de Luis Suárez y la irrupción de Sterling, ahora en las filas del Manchester City. Iago Aspas no se adaptó a las Islas Británicas. Recaló en el Sevilla, donde a pesar de estar sólo un año dejó huella. El jugador formado en A Madroa conquistó su primer título (Europa League) y acabó el curso compartiendo con Neymar el título honorífico de máximo goleador de la Copa del Rey.

La falta de minutos y la ´morriña´ le devolvieron a su casa. Al equipo de sus amores. La historia ya es conocida por todos. No obstante, Iago Aspas señaló en rueda de prensa que el duelo del domingo ante el Sevilla "será especial". El moañés destaca que la entidad hispalense siempre le ha tratado con respeto, al igual que la afición. De hecho, el morracense admite que si marca un gol no lo celebrará. Sobre el conjunto de Unai Emery, del que no guarda ningún rencor, destaca a jugadores como Banega y Vitolo y apunta que Krychowiak "es el pulmón del equipo".

Sobre la polémica de los pitos en Balaídos apunta que los primeros en estar molestos por el resultado son los jugadores. "Entiendo las críticas. El aficionado es el que paga y es el que decide", declara un Iago Aspas que también destacó "la dinamita" que tiene la delantera del Celta. El domingo, a pesar de su cariño y respeto hacia el Sevilla, avisa. "Quiero ganar. Si no gano me enfado". Esperemos que el domingo Aspas almuerce siendo el hombre más feliz del planeta