El Pontevedra tendrá que superar dos eliminatorias para ascender a Segunda División B tras fracasar ayer en el primer intento ante el Mensajero tras una tanda de penaltis. El cuadro granate perdió de forma injusta esta inigualable oportunidad ya que se encontró con un rival que renunció a jugar desde el primer minuto y que contó con la tolerancia del colegiado, que permitió a los canarios perder mucho tiempo al simular lesiones durante los 120 minutos que duró el choque.

El ambiente que presentaron las gradas de Pasarón era inmejorable, ya que se dieron cita cerca de doce mil aficionados que trataron de llevar en volandas al equipo de Luisito en una eliminatoria que era asequible tras perder por la mínima en la Isla de la Palma (1-0).

Los granates presentaron cuatro novedades en el once inicial con respecto al choque jugado una semana antes. El técnico le dio entrada a Tomás, Jacobo, Anxo y Jorge Rodríguez en lugar de Pedro García, Bruno, Tubo y Pablo Carnero, este con una lesión muscular. La ausencia del goleador fue decisiva en la eliminatoria, ya que a los granates se les notó la falta de mordiente, sobre todo en la primera mitad, en la que tuvo el dominio del balón pero sin efectividad.

Como era de esperar, el Mensajero salió únicamente a destruir y prueba de ello es que en los primeros cuarenta y cinco minutos no tiró en una ocasión a gol, mientras que los granates contaron con alguna oportunidad, en especial por medio de Jorge Rodríguez.

Los canarios fueron capaces de llevar el partido a donde ellos querían, con numerosas perdidas de tiempo, demostrando mucho oficio y veteranía en sus hombres. Prueba del abuso de estas marrullerías es que ocho de sus jugadores vieron cartulinas amarillas, y dos de ellos, Fede e Iray, acabaron expulsados en la prórroga por doble amonestación.

Al Pontevedra le entró la ansiedad con el paso de los minutos, por lo que hubo desajustes defensivos que estuvo a punto de aprovechar el Mensajero en el ecuador de la segunda mitad. Ante esta peligrosa situación, Luisito ordenó la salida al terreno de juego de Tubo, en lugar del desdibujado Álvaro Muñiz, y minutos más tarde, corriendo el riesgo de que se pudiese romper, también entró Pablo Carnero.

Los granates se olvidaron de combinar y pasaron a hacer juego directo. En una de esas internadas Tubo pone un centro perfecto que cabecea de forma espléndida Jorge Rodríguez superando al meta Kilian, al borde del final del choque. El primer objetivo ya estaba cumplido, pero faltaba rematar la faena, algo que no supieron hacer los granates en la prórroga ante las innumerables perdidas de balón.

La eliminatoria se tenía que decidir en la correspondiente tanda de penaltis con un Mensajero hundido físicamente, pero en esa faceta fue mejor al conseguir marcar un tanto más. Rayco lanzó el balón fuera, pero Mouriño y Tubo no acertaron a batir al meta, por lo que habrá que disputar dos eliminatorias más para ascender a Segunda División B.