El Getafe se quitó ante el Deportivo (1-2) el mal sabor de boca que le había dejado la derrota ante el Atlético de Madrid (0-1) y le bastó la velocidad de su ataque para superar a un rival mal posicionado, frágil en defensa e incapaz arriba hasta que el portugués Hélder Postiga le metió en el partido en los diez últimos minutos.

El conjunto madrileño, que sacó a relucir su pegada al contraataque, volvió a sembrar dudas en el equipo coruñés, que nada se pareció al equipo que había despertado en la octava jornada ante el Valencia después de cuatro derrotas consecutivas.

No apareció el equipo coruñés en ataque en la primera mitad, en la que el Getafe, que también tuvo que reestructurar la alineación, se fue soltando a medida que comprobaba que el de enfrente no era el contrincante que temía el rumano Cosmin Contra.

El conjunto azulón, de rojo en Riazor, también con cambios obligados por las bajas de Juan Valera y Alexis, practicó un fútbol esencial: faltas a la mínima para frenar el impulso inicial del rival, presión en la salida del Deportivo y, en cuanto robaba el balón, echarse a correr en ataque, con Lafita como referencia.

El exdeportivista, al que la afición blanquiazul no perdona cómo se fue del equipo la década pasada, dio el primer aviso a los 19 minutos tras librarse de Sidnei, Luisinho y Wilk en un esprín que acabó con un disparo cruzado.

El Getafe empezó a embotellar al Deportivo y Velázquez, tras un saque de esquina, probó a Fabricio, que estaba imbatido desde su segundo debut en Primera con el equipo coruñés.

El portero canario salvó esa ocasión, pero no la siguiente, un disparo del francés Yoda desde la frontal del área que dio en el poste, rebotó en la espalda del guardameta y se coló en la portería del Deportivo.

El Getafe pudo llevarse una renta mayor al descanso por las facilidades que le puso el rival, pero ni Escudero ni Sarabia enviaron el balón a portería por fortuna para el equipo coruñés, al que Riazor empezó a apremiar.

Pero al equipo coruñés no le sirvieron los cambios para espabilar y al Getafe le bastaron dieciséis segundos del segundo tiempo para robar el balón, contraatacar por la banda de Hinestroza y culminar la acción con un remate placentero de Lafita al que no pudo responder Fabricio.

El equipo coruñés se rompió, atacó sin criterio y el Getafe disfrutó a la contra, con exhibición de velocidad aunque sin acierto. Llovieron las ocasiones para la goleada, pero se fueron al limbo. El Depor acertó por medio de Postiga en una gran acción colectiva y le dio algo de emoción a los diez últimos minutos. Pero nada cambió y el Getafe se llevó el partido de forma más que merecida.