El eterno mes de espera para el Blusens Universidade de Vigo se ha terminado. El equipo vigués conoce al fin la identidad de su rival en la promoción de permanencia y ascenso de División de Honor. Será el Sant Cugat, que perdió el ascenso directo a manos del Barcelona en la final de la segunda categoría. El partido de ida se disputa este domingo (12.00) en la localidad catalana; la vuelta, a la semana siguiente en As Lagoas.

El entrenador del Blusens, David Monreal, ha empleado las semanas transcurridas desde que concluyó la máxima categoría en recuperar físicamente a la plantilla. Lionel Pardo y Sam Hayes no pudieron aplazar su marcha; Víctor Salgado ha sido operado de un fractura en la mano. Son las únicas ausencias con respecto a la plantilla que concluyó la fase regular.

Hay noticias positivas. Se reincorpora Óscar Ferreras, uno de los referentes del vestuario. El catalán ha superado la dolencia cardiaca que lo ha tenido de baja todo el ejercicio. Aunque se torció un tobillo en el último amistoso, podrá actuar en Sant Cugat. "Está bien, con ganas", refrenda Monreal, que también ha afinado su forma física por si debe jugar además de dirigir al equipo. "No creo que haga falta, pero estamos justos de jugadores".

Monreal es talismán cuando se viste de corto. Suyo fue el ensayo ante el Hermi que garantizó eludir el descenso directo. Suyo también el único ensayo en aquella histórica eliminatoria de 2011 contra el CRC que abrió las puertas de la elite al XV del Olivo. Una conquista que, tres años después, desean retener. "Hace mucho que no competimos, aunque hemos disputado un par de amistosos (contra la selección gallega y el Laugharne galés, ambos ganados sobradamente)", valora Monreal, al que el ánimo de los suyos le compensa ese interrogante. "La gente tiene ganas de que llegue el domingo".

El preparador, nacido en Galicia pero criado en Hospitalet, ha estudiado vídeos de sus paisanos y ha diseccionado su juego. En el Sant Cugat destaca el buen movimiento del oval en la línea de tres cuartos, donde brilla Iván Losada, internacional en seven. Disponen además de un apertura preciso en el pateo a palos. Flaquean, por contra, en la delantera. Ahí intentará conseguir el Blusens su ventaja: dominar las fases de conquista y atraer a muchos rivales a las agrupaciones para adelgazar la línea de contención rival cuando el balón salga a campo abierto.

Debe ser, en principio, un duelo muy diferente a aquel cerrado con el CRC, última experiencia a doble cita. El Sant Cugat encajó 40 puntos del Barça y anotó 21, gracias especialmente a contragolpes que Monreal desea neutralizar a toda costa. "Hemos conseguido muchos puntos en nuestros últimos partidos. El equipo se ha compenetrado bien en la fase final de la temporada. Pero no debemos confiarnos ni relajarnos", le advierte a sus jugadores. "En el partido de ida hay que jugar con cabeza". Augura, en todo caso, "dos encuentros bonitos".

El Blusens, en vez de ir y volver de Barcelona en avión el mismo día del partido, saldrá en autobús el viernes por la noche. La expedición pernoctará en carretera y tendrá todo el sábado para desentumecerse. Seguir en la élite les exige este último sacrificio.