Aunque las opciones de conservar la categoría son mínimas y el ánimo de los jugadores está bajo mínimos, la plantilla del Celta está decidida a presentar batalla hasta el descenso sea un hecho onsumado. "Después de perder siempre es difícil, y más en la situación en la que estamos. Ya nos quedan pocas opciones y ahora te pasan muchas cosas por la cabeza. No queda otra que centrarse en el trabajo diario y ver lo que pasa en esta jornada por si todavía tenemos alguna opción", declaró ayer Borja Oubiña,

El medio centro prefirió aplazar a final de temporada el debate sobre las causas que han llevado al equipo a esta situación. "Realmente está complicado, porque no tenemos muchas opciones. Cuando termine la temporada es el mejor momento para valorar las cosas porque, mientras hay alguna esperanza, hay que apurarla y seguir creyendo a pesar de que está difícil. No tenemos derecho a bajar los brazos", agregó Oubiña, que destacó el compromiso del vestuario con la situación. "El equipo está tocado, muy mal, porque la gente está muy comprometida con el club. La gente está dolida por el perjuicio que tiene para el aficionado, para nosotros y para mucha gente de dentro del club. La responsabilidad es muy grande", dijo.