`J&A Garrigues´ se encuentra detrás las maniobras societarias más importantes llevadas a cabo por el consejo de administración del Celta. Los miembros de ese bufete vinculados a la directiva se encargaron de diseñar la ampliación de capital aprobada en la última junta general de accionistas. Una iniciativa que provoca muchos interrogantes y apenas alguna certeza fuera de las paredes de Praza de España.

El 94,42 por ciento del capital céltico representado en el asamblea votó a favor de una ampliación de 12,6 millones de euros, aunque de 50 millones en la práctica (a cada nueva acción que se emita, de 60 euros de valor nominal, se le añadirán 180 de prima de emisión). El consejo disponía de un año de plazo para poner en marcha esta acción, necesaria según explicaron para evitar la disolución de la sociedad. Pero el tiempo pasa sin movimientos públicos ni explicaciones. Incluso Teresa Zatarain, la "regeneradora de imagen" contratada entre otras cosas para promocionar la ampliación, ha desaparecido de la vida céltica.

Este letargo admite varias lecturas. El consejo apuesta como primera vía por ese plan de viabilidad que depende del convenio de usufructo de Balaídos y que está pendiente de nuevas reuniones con el Concello. La ampliación se activaría en todo caso para proteger a la directiva de cara a un hipotético proceso concursal posterior. Al cumplir los pasos determinados por la ley, se limitaría su responsabilidad. Porque la ampliación, a expensas de que aparezca un inversor por sorpresa, está condenada al fracaso, pero sería valiosa en su muerte.