Juan Ramón López Caro reconoció ayer que su destitución le tomó por sorpresa. "No tenía la sensación de que fueran a destituirme. El domingo trabajé con mucha ilusión para preparar el partido contra el Albacete y vi tres vídeos del rival", reveló el técnico, que apostilló: "No se me pasó por la cabeza [su eventual destitución], pero que club tomó una decisión definitiva y yo no tengo nada que decir".

El ex entrenador admitió estar dolido con la situación, pero también entiende los motivos que han llevado a su despido. "Ha pasado y hay que respetar la decisión que han tomado porque se ha tomado con criterios razonables. Tengo claro que el consejo buscaba la mejor solución para el club", remachó.

López Caro acudió a las instalaciones deportivas de A Madroa para despedirse de sus jugadores y de la afición del Celta y desear suerte a su sucesor en el cargo, Antonio López. El técnico confesó su frustración por no haber podido culminar el desafío de llevar al Celta a Primera División, agradeció al club y a el cuerpo técnico su colaboración y pidió unidad.

El preparador sevillano compareció en la sala de prensa de A Madroa acompañado de Juan José Maqueda, su hombre de confianza, que deja con él el Celta. "Hace muchos años un amigo me dijo que en fútbol se sabe cuando uno llega pero no cuando se va a marchar", dijo el técnico, que destacó la ilusión con que afrontó el reto de devolver al Celta la categoría. "Vine a este club con una enorme ilusión y máxima disposición y entrega para ayudar al equipo, aportar mi granito de arena", explicó López Caro, que agradeció el trato dispensado por el club y elogió la profesionalidad de jugadores, empleados y colaboradores. "No me quiero ir sin agradecer la confianza que depositaron en mi el presidente, Ramón Martínez su consejo, y tengo que decir que he trabajado duro, muy fuerte, con enorme ilusión, pero me lo han puesto muy fácil.", indicó. Y agregó: "Quiero agradecer a todo el personal, al cuerpo técnico, doctores, fisios y a los jugadores. Sé que en ciertos momentos hemos tenido dificultad en el caminar, pero siempre he visto espíritu de colaboración y entrega y es lo único y máximo que se le puede pedir a un jugador".

El ex entrenador aseguró que se marchaba del Celta "con un gran recuerdo" de un club que le había "demostrado valores" que él consideraba fundamentales. No obstante, confesó que le habría gustado concluir su tarea. "No sabía si podríamos cumplir el objetivo, pero tenía la esperanza de hacer una buena recta final de competición, pues un equipo fuerte y unido en los últimos diez partidos, creo que aún se podía conseguir el objetivo", subrayó.

López Caro deseó a continuación suerte a su sucesor, Antonio López. "El equipo inicia una nueva andadura con Antonio López a la cabeza y mi más sincero deseo es que todo le vaya fenomenal, a él, a los jugadores y al cuerpo técnico. Ojalá que lo que nosotros, con entrega e ilusión, no pudimos conseguir, ellos sean capaces porque este club se merece recuperar los valores perdidos, recuperar el privilegio de estar en la élite. La afición y el club se lo merecen con creces", afirmó.