Óscar Pereiro tiene la mente puesta en el prólogo con el que esta tarde arranca en Granada la Vuelta a España en su sesenta edición. En la mañana de ayer, tras dos horas de entrenamiento, se fue a inspeccionar el recorrido y se llevó una pequeña sorpresa porque "es más duro de lo que creía. Tiene una subida de dos kilómetros y luego bajada y llano, con un trazado sin demasiadas curvas: cuatro o cinco", comenta el ciclista de Mos.

Se esperaba otro recorrido, pero tampoco le desagrada: "Hubiese preferido un recorrido más técnico, con más curvas, pero no me disgusta. El perfil es muy similar al del prólogo de la Dauphiné-Liberé en el que hice cuarto estos dos últimos años. La verdad es que no me fijé mucho todavía en la participación extranjera, por lo que no puedo hablar demasiado de favoritos, pero considero que es un recorrido que, entre los españoles, le puede ir bien a Iván Gutiérrez, Vicioso, Lara y a mi compañero Quique Gutiérrez; pero también cualquier escalador que suba fuerte y sepa mantener después puede tener sus opciones. Luego, como en el Tour, siempre pude surgir algún Zabriskie, que dé la sorpresa".

El ciclista del Phonak quiere que la Vuelta eche a andar cuanto antes. "Llevamos aquí cuatro días, con mucho calor, y ya se hace pesado. Desde enero andamos enfrascados en viajes y concentraciones y cuando llega septiembre esto se lleva peor", comenta finalmente un Óscar Pereiro más cauto que otras veces, sabedor de que tiene ante sí un objetivo importante, el de luchar por el primer maillot oro de la Vuelta, algo que no consigue el ciclismo gallego desde los tiempos de Álvaro Pino y Blanco Villar. El perfil accidentado adapta mejor el prólogo a las características de Marcos Serrano, que no es un especialista en esta modalidad. Como otros escaladores, encontrará en el tramo de subida un freno a la pérdida de tiempo, por lo que al final seguramente acabará cediendo menos de lo previsto en esa distancia. Es lo que puede ganar en esta jornada inaugural. Por parte gallega tendremos que prestar atención también al santiagués David Blanco, un ciclista de un gran poderío físico al que le irá bien el recorrido de la contrarreloj. El pupilo de Vicente Belda fue décimo el año pasado en la ronda española, en su primera participación, y eso supone un estímulo más para él. Blanco brilló en la primera parte de la temporada y recientemente disputó la Vuelta a Portugal, pero con la mente puesta en la Vuelta.