enviado especial a estambul

La batalla en la lucha por el título mundial está muy definida. A seis asaltos para el final, Kimi Raikkonen se ha quedado como el único piloto capaz de hacerle sombra a Fernando Alonso. Entre el asturiano y el finlandés ha comenzado la guerra fría. Que los mejores ayer hayan sido un probador como el catalán Pedro de la Rosa (McLaren), en la primera sesión; u otro, como Zonta (Toyota), en la segunda, no pasa de ser una mera anécdota cuando lo interesante sucede por detrás.

En el estreno de la pista de Estambul ni Alonso ni Raikkonen enseñaron todas las cartas, o al menos ésa es la impresión que transmitieron. La Fórmula 1 es un cúmulo de pequeños detalles, una guerra de nervios para ver quién soporta mejor la presión, y un juego de estrategias en la que cada uno trata de engañar al otro. Renault y McLaren, las dos escuderías que se pelean tanto por el título de constructores como por el de pilotos, han iniciado una batalla que sólo al término de las seis contiendas que restan hasta China se sabrá quien ha ganado.

La guerra fría entre los dos aspirantes se palpó en varios detalles. En la primera tanda matinal ninguno quería abandonar el box pronto. El asfalto estaba casi sin estrenar y los problemas de adherencia estuvieron a la orden del día. El asturiano rodó más analítico, concentrado en memorizar y aprender en qué asustar al rival. Fue séptimo. El finlandés, en cambio, quiso intimidar y rodó casi un segundo más rápido para acabar segundo, tras su compañero de equipo, Pedro de la Rosa.

En la última sesión Raikkonen mejoró, pero Alonso lo hizo aún más, aunque para ello esperó a casi el final de la sesión. El asturiano volvió a concluir séptimo, pero el puesto fue lo de menos. Lo importante es que se quedó a tan sólo 3 décimas del finlandés y eso que los viernes Renault nunca apura la puesta a punto ni las revoluciones de motor para evitar problemas de fiabilidad. Alonso sí tiene el hándicap de que saldrá décimo mientras que Raikkonen, lo hará el último.

Ambos se guardan un as en la manga. El asturiano sólo aventajó en una décima a su compañero Fisichella cuando lo normal es que haya mayor amplitud. El finlandés quedó casi siete décimas por detrás de Montoya (tercero). En medio de ambos se colaron Button y Liuzzi, pero ni uno ni otro cuentan para la lucha final. Ni siquiera el Ferrari de Schumacher (decimotercero) parece que vaya a ser rival.