Entrevista

La Zowi: "Ser un icono, a nivel de pensamiento, no está remunerado"

La cantante presentará este sábado en el Sónar de Barcelona su primer álbum, 'La Reina del sur'

La Zowi, cantante trap, este 15 de junio en Madrid.

La Zowi, cantante trap, este 15 de junio en Madrid. / José Luis Roca

Ignasi Fortuny

Antes Reina o Mamá del trap, La Zowi (Zoe Jeanneau Canto, 1993) ha ampliado sus dominios autodenominándose La Reina del sur, así se llama su primer y recién estrenado álbum, que presenta este sábado en el Sónar (SonarCar, 2.05h). No ha perdido ni un gramo de fuerza ni se ha encorsetado, al contrario: la pionera sigue anunciando su independencia y su poderío inigualable. El negocio es suyo.

La Zowi ha pasado de ser la Reina del trap a la Reina del sur. ¿Quería mostrar que su abanico es mucho más amplio?

Lo del abanico es algo que siempre he demostrado. Se me mete mucho en el trap porque es con lo que empecé y es algo muy propio de mi música. También porque hay pocas mujeres que hagan trap, sobre todo en España. Lo de la Reina del sur es un poco por lo que representa [personaje de libros y series]: una mujer independiente, luchadora, que ha pasado por una vida complicada y, al final, acaba triunfando. Una mujer con poder y que lleva su propio negocio. Con eso me siento identificada. ¡Ah! Y en un mundo de hombres.

¿El trap como movimiento y escena sigue latiendo?

Yo hago trap porque para mí es una actitud. Era de esperar que en España, al ser una cosa totalmente americana, fuese como una moda pasajera. Noto como el trap va cambiando y evolucionando hacia otros géneros y se va quedando más a un lado. Yo cuando empecé lo hice porque me latía a mí. Es una manera de sentirme muy cómoda y poder expresar lo que es La Zowi. Lo hago 100% porque me representa y porque me identifica. Y es mejor si no está totalmente en auge porque me siento más cómoda. 

Ha hecho una evolución en cuanto al sonido, es un disco menos 'punky'. ¿Siente que debe cambiar, evolucionar?

A lo mejor sí que siento un poco de presión social por lo que es evolucionar, profesionalizarme más… Porque a mí realmente me gusta el 'punkismo'. Pero en el sonido y en todoslos ámbitos de la vida está bien evolucionar. A mí misma me gusta escuchar un disco que se pueda pinchar bien, se sienta bien, es una cuestión de calidad. Pero la esencia la sigo sintiendo como algo orgánico, algo punky, algo que sigue saliendo del corazón y sin muchas intenciones… Al que le guste bien y al que no, no. Trabajo de corazón.

La Zowi, cantante trap fotografiada esta semana en Madrid.

La Zowi, cantante trap fotografiada esta semana en Madrid. / José Luis Roca

¿En esa evolución ha dudado en cambiar o suavizar la esencia que se concreta en su grito de presentación: "¡La Zowi, puta!"?

Se me ha pasado por la cabeza porque el objetivo es que más gente quiera y entienda mi música. Pero, realmente, si lo hiciese perdería la esencia de La Zowi y, al final, lo que le gusta a la gente es eso. No creo que sea lo que mis fans esperan ni es lo que yo siento. Va a pasar antes que haya más gente que entienda mi música y se acostumbre a un lenguaje explícito que que yo lo suavice, la verdad.

En la portada del disco se ve a La Zowi que acaba de acuchillar a alguien. ¿Con quién o con qué ha acabado?

Es muy ambigua esa portada. Para mí significa el renacimiento. El puñal puede hacer referencia a puñaladas traperas que me hayan dado en el pasado. Y que yo ahora ya tengo el puñal en mi mano, que tengo el control de mi vida… Y la sangre no la atribuyó a un crimen, sino a un renacer, a un empezar de cero. También puede representar el pasado, la lucha y lo que he podido pasar en mi vida. 

Este disco lo ha creado en un periodo de cambio vital importante con, por ejemplo, cambios de residencia. ¿Cree que ha influenciado eso?

El cambio ha sido muy importante desde que he nacido. Mi madre era un culo inquieto. Estoy acostumbrada a cada 3-4 años moverme. Pero sí, claramente han pasado muchas cosas en este tiempo, incluso a nivel mundial con la pandemia. Con lo que ha pasado todos hemos hecho un crecimiento personal importante. 

¿Se ha hecho más grande la distancia entre Zoe y La Zowi?

Puede ser. Puede que con el tiempo haya disociado más y antes estuvieran más mezcladas. Pero al final La Zowi soy yo, escribo mis letras, el personaje viene de mí, mi madre que me ha parido reconoce a La Zowi dentro de Zoe... Pero sigue siendo un alter ego. 

Uno de los mensajes más contundentes del álbum es el de La Zowi independiente en cuanto al amor, mostrándose como alguien que ya ha dejado de confiar completamente en los hombres. ¿Tenía claro que que quería resaltarlo?

Me salió solo. Lo ligo mucho a mi independencia, a aprender a vivir sola, llevar totalmente las riendas de mi vida, la soledad como proyecto de vida… Y con respecto a los hombres, intento no generalizar mucho, pero sí, a la soltería por lo menos. Al sentirme emocional y económicamente y en todos los aspectos independiente. Eso sí que es algo que me apetecía resaltar y transmitir. La vida se rige mucho en la vida en pareja, yo misma he estado en pareja muchos años, y, de repente, sentir esa independencia... Es una cosa que se ve como mala y, realmente, para mí es una sensación más de poder que de fracaso. 

Siempre le ha gustado estar al día de los jóvenes, de lo que se cuece. ¿Se ha dado cuenta de lo que ha llegado a influenciar?

Es algo que cuesta darte cuenta. A veces escuchas palabras y piensas: ‘juraría que esto me lo inventé yo’. Pero sí que no puedo negar que siento que he inaugurado en España este movimiento. Si yo no hubiese existido habría pasado igualmente, pero sí, lo noto en muchas cosas. Sobre todo lo que hemos transmitido es esto: que éramos chavales cualquiera, de calle, de barrio, sin nada, y nos pusimos a hacer música y acabamos creando un movimiento. El decir: 'me atrevo y lo voy a hacer'. 

Hace cuatro años dijo en una entrevista con este diario que se sentía sola en esto. ¿Sigue igual esa sensación?

Me sigo sintiendo sola pero a otro nivel. Sí que pienso que a nivel de movimiento ya somos unas cuantas, y si lo ves a nivel mundial pues hay un montón de artistas. Van saliendo. Sí que es verdad que siento que en España, como en la industria en general, hay individualismo y una competitividad que te hace sentir un poco sola. Cada vez salen más chavalas que se expresan como yo, transmiten lo mismo que yo, pero no por eso estamos unidas, la verdad. Ni por eso tenemos contacto. Y eso creo que hace falta madurarlo un poco. No me siento para nada sola como antes, ya no siento la necesidad de dejar de decir ciertas palabras… Porque cada vez hay más gente que siente la necesidad de expresarse así, con libertad, pero sí que luego parece como que no nos conocemos. Y tampoco somos tantísimas como para no tenernos identificadas. 

¿Cómo convive con la responsabilidad de ser un icono?

Es de las partes que más me gusta de lo que hago. Lo que prevalece de mí no son mis números, sino que soy un personaje más extenso. No te voy a decir que soy una leyenda, pero sí que hago un tipo de música diferente a la más comercial, más rápida… Eso me da un respeto que me da mucha fuerza y que me gusta mucho tener. Hay mucha gente que me conoce más por el personaje que soy o por el movimiento que he ayudado a crear que por mi propia música y eso, hablando en plata, es más difícil de cobrar. Ser un icono o una imagen a nivel de pensamiento, de movimiento, no está remunerado. El peso es que yo siento que he dado mi vida, mi libertad, el ser una persona cualquiera…

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