Entrevista | Nani García Músico, premio de honor de la Academia Galega do Audiovisual

“El jazz ha sido el vehículo con el que aprendí a hacer inmersión en el resto de las músicas”

“A mí me queda muy cerca John Williams, pero los músicos de cine somos muy eclécticos y estamos obligados a tocar todos los palos”

Nani García, ante un piano en su estudio.

Nani García, ante un piano en su estudio. / MIGUEL MIRAMONTES/ROLLER AGENCIA

Rubén D. Rodríguez

La Academia Galega do Audiovisual anunció ayer que el Premio de Honra Fernando Rey que otorgará el próximo 11 de marzo en la gala de los XXI Premios Mestre Mateo será entregado al compositor coruñés Nani García, “uno de los mayores talentos musicales del audiovisual de Galicia, cuyas obras han acompañado a distintas generaciones de espectadores en las últimas décadas”, destacó el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez. García celebra la “valentía” de la academia al reconocer la aportación de los músicos.

–Los premios de honor suelen reconocer toda una trayectoria profesional. ¿Usted mira atrás o adelante?

–Todavía adelante... Para ser sincero, en las dos direcciones, porque lo primero que dije cuando me llamaron para informarme del premio fue: cuidado, no me estoy retirando.

–En quien primero pensó al saberlo, ¿fue alguien del pasado o del presente?

–En toda la gente que ha estado a mi lado todos estos años, porque si es un premio a una carrera, la temporada es larga y convives con mucha gente. De forma muy especial me acordé de mi compañera y de mi hija, que fueron las primeras personas en felicitarme.

–La academia resalta que usted es “una figura pionera en Galicia en la composición musical para cine, televisión y otros formatos audiovisuales”. ¿Se ve como un pionero?

–Eso es matizable. Quiero interpretar que se refieren al ámbito gallego en tanto y cuanto el cine gallego es muy joven. Me ha tocado vivir esa época en la que daba sus primeros pasos, pero al igual que yo, otros compañeros relacionados con otras disciplinas del audiovisual. Lo que yo veo más destacable es que el premio es a un músico.

–¿Por qué los músicos tienen un reconocimiento inferior al de directores, guionistas, actores...?

–Sí, porque es un sector con un pie dentro y otro pie fuera, siempre se consideró así. Creo que esto es algo muy sentido dentro del colectivo de los músicos: hasta ahora no se nos había reconocido tanto en el audiovisual por no ser un sector tan visible como otros. Por eso veo muy valiente que ahora la academia lo haga.

Nani García (A Coruña, 1955) es pianista, compositor y productor musical. Se formó en composición y jazz en Suecia entre 1976 y 1980. En Galicia ha formado parte de bandas de jazz como Clunia y Nani García Trío. Dirigió festivales de jazz y música de cine. Es autor de bandas sonoras para cine, televisión, teatro y documentales.

–Desde que usted es parte del audiovisual gallego, ¿lo ha visto hacerse adulto?

–Ha crecido mucho en el sentido creativo e industrial: músicos mejor preparados y con más recursos, guionistas, actores... Y ha mostrado cierta singularidad. Lo que debe mejorar es la relación entre cine como arte y apoyo público institucional, que no ha madurado lo suficiente y creo que ahí nos sacan ventaja otras comunidades.

–¿Tiene alguna fuente general de inspiración cuando compone para el audiovisual?

–Es difícil explicarlo. Hay una profesión detrás, una artesanía a la que nos hemos acostumbrado los músicos del audiovisual para acompañar los relatos con la música más adecuada. Hay quienes buscan la excelencia, hay quienes surfean por encima. Yo siempre me preocupé por buscar formatos distintos, por que la música tuviera un papel importante, pero no porque quisiera ponerme por encima de la jerarquía a la hora de contar un relato. Hay músicas que son más protagónicas que otras, pero todas ayudan a crear una atmósfera y una emocionalidad adecuada en el momento justo. He tenido mucha suerte al trabajar en películas de animación en las que la música tenía un papel muy importante (De profundis, Arrugas, Valentina, cortos como El gigante o The neverending wall).

–¿Compone sobre el guion o con el filme ya terminado sin música?

–El método varía, aunque normalmente se repite hablar con el director, el que sabe por donde va la historia aunque el músico quiera imponer sus criterios. El músico pone su trabajo al servicio de esa historia, sin olvidar la carga estética de su compromiso.

–¿Es un compositor de corte clásico, del estilo de John Williams o Ennio Morricone, o más contemporáneo, como Hans Zimmer o Michael Giacchino, por ejemplo?

–Por la época en la que vives te quedan más cerca unos que otros. A mí me queda muy cerca Williams. Los músicos nunca nos desprendemos de la música pura, la música clásica, sinfónica, el jazz, el rock progresivo... cada uno en su estilo. Los músicos de cine solemos ser muy eclécticos, escuchamos un poquito de todo, y sabemos apreciarlo, estamos obligados a tocar todos esos palos musicales, mientras que un músico de jazz puro tiene más dificultades para manejarlos.

–Como músico de jazz que usted es, ¿cuánto le ha influido el género en su faceta de compositor para obras de cine?

–Supongo que mucho, aunque con el tiempo, esto termina encarnándose, o diluyéndose. El jazz ha sido el vehículo con el que aprendí a hacer inmersión en el resto de las músicas, y ahora que estoy componiendo ópera y música sinfónica no puedo dejar de darme cuenta de que hay mucho jazz en ello.

–Cuando ve una película, ¿la disfruta en su conjunto o se centra en la música y se despista del resto?

–No suelo hacer eso. Me gusta mucho el cine y todo lo que lo rodea. La música es un elemento más. Con el tiempo aprendí a disfrutar del cine en toda su dimensión.

–¿Le deja sin dormir la música cuando tiene que componer?

–Eso pasaba antes, ahora ya no tanto [risas]. La experiencia te ayuda a relajarte un poco.

–¿Hay alguna banda sonora de alguna película extraordinaria que le hubiera encantado componer?

–Muchas. Eso no se puede contestar con uno o dos títulos. Son muchas las ideas de música para el cine que a uno le gustaría tener.

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